sábado, 22 de noviembre de 2008

Los fascistas llevan corbata.

El título de esta entrada es el mismo que el título del último artículo publicado por el periodista, escritor y académico de la lengua Arturo Pérez-Reverte en su columna semanal en la revista XL Semanal. Leí con atención dicho artículo y aunque no es mi estilo postear en el blog con la técnica del copia y pega, creo que por el interés de la columna, así como mi identificación plena con cada una de las palabras de Pérez-Reverte en su artículo, voy a reproducir íntegramente el mismo en mi blog para todo aquél que quiera leerlo.



Los fascistas llevan corbata

ARTURO PÉREZ-REVERTE | XLSemanal | 16 de Noviembre de 2008


Cuando digo que este país es una mierda, algún lector elemental y patriotero se rebota. Hoy tengo intención de decirlo de nuevo, así que vayan preparando sellos. Encima hago doblete, pues voy a implicar otra vez a Javier Marías, que tras haberse comido el marrón de mis feminatas cabreadas, acusado de machista –¿acaso no se mata a los caballos?–, va a comerse también, me temo, la etiqueta de xenófobo y racista. Y es que, con amigos como yo, el rey de Redonda no necesita enemigos.

Madrid, jueves. Noche agradable, que invita al paseo. Encorbatados y razonablemente elegantes, pues venimos de la Real Academia Española, Javier y yo intentamos convencer al profesor Rico –el de la edición anotada y definitiva del Quijote– de que el hotel donde se aloja es un picadero gay. Lo hacemos con tan persuasiva seriedad que por un momento casi lo conseguimos; pero el exceso de coña hace que, al cabo, Paco Rico descorne la flor y nos mande a hacer puñetas. Que os den, dice. Y se mete en el hotel. Seguimos camino Javier y yo, risueños y cargados con bolsas llenas de libros. Bolsas grandes, azules, con el emblema de la RAE. Cada uno de nosotros lleva una en cada mano. Así cruzamos la parte alta de la calle Carretas, camino de la Plaza Mayor.

Imaginen –visualicen, como se dice ahora– la escena. Capital de España. Dos señores académicos con chaqueta y corbata, cargados con libros, hablando de sus cosas. Del pretérito pluscuamperfecto, por ejemplo. En ese momento pasamos junto a dos individuos con cara de indios que esperan el autobús. Inmigrantes hispanoamericanos. Uno de ellos, clavado a Evo Morales, tiene en las manos un vaso de plástico, y yo apostaría el brazo incorrupto de don Ramón Menéndez Pidal a que lo que hay dentro no es agua. En ésas, cuando pasamos a su altura, el apache del vaso, con talante agresivo y muy mala leche, nos grita: «¡Abajo el Pepé!… ¡Abajo el Pepé!». Y cuando, estupefactos, nos volvemos a mirarlo, añade, casi escupiendo: «¡Cabrones!».

Me paro instintivamente. No doy crédito. «¡Pepé, cabrones!», repite el indio guaraní, o de donde sea, con odio indescriptible. Durante tres segundos observo su cara desencajada, considerando la posibilidad de dejar las bolsas en el suelo y tirarle un viaje. Compréndanme: viejos reflejos de otros tiempos. Pero el sentido común y los años terminan por hacerte asquerosamente razonable. Tengo cincuenta y siete tacos de almanaque, concluyo, voy vestido con traje y corbata y llevo zapatos con suela lisa de material. Mis posibilidades callejeras frente a un sioux de menos de cuarenta son relativas, a no ser que yo madrugue mucho o Caballo Loco vaya muy mamado. Sin contar posibles navajas, que alguno es dado a ello. Además tiene un colega, aunque nosotros somos dos. Podría, quizás, endiñarle al subnormal con las llaves en el careto y luego ver qué pasa con el otro; pero acabara la cosa como acabara –seguramente, mal para Marías y para mí–, incluso en el mejor de los casos, con todo a favor, hay cosas que ya no pueden hacerse. No aquí, desde luego. No en este país miserable. Imaginen los titulares de los periódicos al día siguiente: «El chulo de Pérez-Reverte y el macarra de Marías se dan de hostias en la calle con unos inmigrantes». «Xenofobia en la RAE.» «Dos prepotentes académicos racistas, machistas y fascistas apalean salvajemente a dos inmigrantes.» Aunque aún podría ser peor, claro: «Marías y Reverte, apaleados, apuñalados e incluso sodomizados por dos indefensos inmigrantes».

Marías parece compartir tales conclusiones, pues sigue caminando. A envainársela tocan. Lo alcanzo, resignado, y llegamos a la Plaza Mayor rumiando el asunto. «Es curioso –dice pensativo–. A mí tío, republicano de toda la vida, lo insultaban por la calle, durante la República, por llevar corbata.» Yo voy callado, tragándome aún la adrenalina. Quién va a respetar nada en esta España de mierda, me digo. Cualquier analfabeto que llegue y vea el panorama, que oiga a los políticos arrojarse basura unos a otros, que observe la facilidad con la que aquí se calumnia, se apalea, se atizan rencores sociales e históricos, tiene a la fuerza que contagiarse del ambiente. Del discurso bárbaro y elemental que sustituye a todo razonamiento inteligente. De la demagogia infame, la ruindad, el oportunismo y la mala índole de la vil gentuza que nos gobierna y nos envenena. Ésta es casa franca, donde todo vale. Donde todos tenemos derecho a todo. Cualquier recién llegado aprende en seguida que tiene garantizada la impunidad absoluta. Y pobre de quien le llame la atención, o le ponga la mano encima. O tan siquiera se defienda.

Así que ya saben, señoras y caballeros. Ojito con las corbatas y con todo lo demás cuando salgan de la RAE, o de donde salgan. Nos esperan años interesantes. Tiempos de gloria.


jueves, 20 de noviembre de 2008

20-N.

20 de noviembre del año 1975, a las 5:25 en versión oficial, el encefalograma que muestreaba el pequeño hilo de vida que le queda a Franco emitió una línea plana. Era el final, ansiado por unos y fatídico para otros. Francisco Franco Bahamonde, General de los Ejércitos y Caudillo de España, el que había regido los designios de España durante casi cuarenta años, tras vencer a sangre y fuego en una cruenta guerra que dividió a España en dos bandos, se unió treinta y nueve años después, muerto el mismo día y prácticamente a la misma hora, a José Antonio Primo de Rivera.

Este año el aniversario de la muerte del dictador viene marcado por la "investigación" que se ha sacado de la manga ese juez iluminado que tiene por nombre el mismo que cierto rey negro que según cuenta la leyenda ofreció mirra a Jesús de Nazaret en el pesebre donde éste vino al mundo. Sí, efectivamente, hablo de la causa abierta para juzgar y condenar a todos aquéllos responsables de los supuestos crímenes contra la humanidad que se llevaron a cabo durante la Guerra Civil, así como en la dictadura Franquista. Ni que decir tiene que la causa está abierta sólo contra uno de los bandos, el Nacional en este caso, ya que parece ser que este eufemismo de "memoria histórica" tiene ciertas lagunas de precisamente eso, memoria, en lo que a Paracuellos, Aravaca y demás lugares donde fueron vilmente asesinados cientos de personas de cuyo nombre no quieren acordarse se refiere.

Aunque parece ser que Garzón, tras certificar la muerte de Franco, "entierra" su causa sobre la memoria histórica tras declararse incompetente en dicho asunto y reconocer que no es a la Audiencia Nacional a quien corresponde investigar, juzgar y condenar dichos hechos. Aquí debo hacer otro inciso y no es otro que preguntarme si realmente Garzón tenía alguna duda de la muerte del General. No me puedo creer que treinta y tres años después de ver a Carlos Arias Navarro, con cara de circunstancia y sin poder evitar las lágrimas, se dirigiera a todos los españoles con su archiconocida frase "Franco ha muerto", después de ver el funeral de Estado que acabó con Franco enterrado en el Valle de los Caídos y con una lápida de mil quinientos kilos sobre su tumba, la coronación de Juan Carlos I como Rey de España, la llegada de la democracia, la ley de amnistía y la legalización de todos los partidos políticos, las celebraciones anuales en la abadía antes citada de nostálgicos y seguidores tanto de Franco como de José Antonio y así podría continuar hasta la extenuación, haya alguien que todavía tenga la más mínima duda de que Franco está muerto.

Pues sí señores, hasta que el magistrado no ha visto el acta de defunción que figura en el registro civil de Fuencarral, libro 004649, página 151, con número 2.792 no se ha quedado tranquilo. Para él cabía la posibilidad de que Franco volviese a cabalgar en su caballo sobre las tierras de España, aunque supongo que le habrá tranquilizado el hecho de que haya caído en su mano el acta del que hablaba unas líneas más arriba. O posiblemente lo que le hizo ver que Franco realmente estaba muerto y bien enterrado fue la esquela publicada en ABC el día 18 de noviembre firmada por la Fundación Francisco Franco haciendo un llamamiento a acudir a la misa-funeral que se celebrará el día 22 de noviembre en la abadía del Valle de los Caídos, quién sabe, puestos a decir gilipolleces, se me ocurren cientos.

En definitiva, sólo una palabra se me viene a la cabeza cuando pienso en este tema. VERGONZOSO.


sábado, 15 de noviembre de 2008

Libros #10: El Sello de la Muerte.

Hace un tiempo adquirí las Obras Completas de Ramiro Ledesma Ramos, una compilación de todos los textos de Ledesma Ramos, artículos filosóficos, periodísticos, libros y diversos escritos publicados por el autor reunidos en una magnífica colección de cuatro volúmenes gracias a la Fundación Ramiro Ledesma Ramos y Ediciones Nueva República.

El primer libro que compone dichas Obras Completas es el que hoy traigo a colación a este post. El Sello de la Muerte, la primera obra literaria de Ledesma en forma de novela y que escribió cuando contaba tan solo con 17 años de edad, pero en la que se ve una clara vocación por la literatura, así como sus primeras incursiones en los asuntos filosóficos y políticos de los que Ramiro será un claro exponente en la España de los años veinte y treinta del pasado siglo XX.
De un tiempo a esta parte he retomado el "estudio" de la figura de uno de los políticos para mí más influyentes en el panorama "Nacional Revolucionario" Español, tanto en la época que le tocó vivir a Ramiro, como en la actualidad y serán varias las obras que a partir de ahora expondré aquí referentes a dicho movimiento político o bien obras escritas por Ramiro Ledesma que evidentemente girarán en torno al "Fascismo Español" del primer tercio del siglo pasado.

Centrándonos en la novela El Sello de la Muerte no puedo dejar de decir en primer lugar que desde mi punto de vista es una narración excelente desde el punto de vista literario, haciendo un buen uso del lenguaje y por otro lado, tiene la esencia que debería tener toda buena novela, es decir, la capacidad de enganchar al lector y hacerle partícipe de la trama que en ella se desarrolla. La novela está ambientada en la España profunda y rural de comienzos del siglo XX, siendo su protagonista Antonio Castro el eje sobre el que gira el argumento principal del texto, que no es otro que una especie de autobiografía de dicho personaje.
Con grandes dotes narrativas, Ramiro Ledesma consigue que nos mimeticemos con los personajes que van apareciendo en la novela, unos excesivamente estereotipados y otros no tanto, pero cada uno de ellos con alguna particularidad que llamará la atención del lector al igual que ha llamado la mía.

Algunos autores que han reflexionado sobre la novela El Sello de la Muerte ven en ella una especie de autobiografía del propio Ramiro. Yo estando de acuerdo en parte con dicha aseveración, he de decir que más que una autobiografía creo que el autor intenta proyectar en la figura del personaje principal de la obra, Antonio Castro, su propia persona y personalidad. Si se lee la obra y se compara a Ramiro Ledesma con Antonio Castro se verán ciertas similitudes entre ambos, pero la teoría de la autobiografía queda en cierto modo ensombrecida debido a que el autor escribe la obra con tan solo 17 años cuando todavía ni había comenzado sus estudios superiores y se confirma la teoría de la proyección de Ramiro en la figura de Antonio Castro (curiosamente éste muere en la novela a los 32 años, siendo asesinado Ramiro a los 31).

En el aspecto filosófico de la obra veo claramente reflejada la filosofía Nietzscheniana. Si se presa atención a la novela se pueden ver claramente conceptos como "la voluntad de poder" y "superhombre", pilares de la concepción filosófica del alemán. En lo que respecta al aspecto político, se vislumbra en la novela el odio de Ledesma hacia el poder establecido, un bipartidismo alternante cobijado bajo una monarquía condenada al ostracismo como se demostrará unos años más tarde que era la actualidad política en la que está ambientada la novela. Esta novela sirve para que el joven Ramiro haga sus primeras incursiones en el pensamiento político y exponga claramente en la novela una primeras pinceladas de lo que posteriormente será su ideario político.

En su contra he de decir que el autor en determinadas ocasiones se detiene y explica con gran lujo de detalles ciertos aspectos en la narración y sin embargo veo algunos vacíos en lo que se supone que es la vida de Antonio Castro que no se han sabido enebrar bien para que la novela quedase "redonda". En definitiva, una novela más que recomendable tanto en el aspecto puramente literario, así como en el aspecto lúdico, y que por supuesto, no debería dejar indiferente a nadie.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Números Primos.

Todos nosotros hemos oído hablar en alguna ocasión de los llamados números primos, a nadie le resultarán completamente desconocidos aunque sí es verdad que si no se tiene o no se ha tenido contacto con alguna asignatura de Matemáticas, más concretamente de Álgebra, en la Universidad no se habrá profundiado mucho en ellos. No es mi intención en el post de hoy hacer un análisis en profundidad de dichos números, si no más bien, comentar ciertas curiosidades y propiedades interesantes que tienen dichos números, asi como su relación con algunas de las cosas que nos rodean.

Bien, comentaré para aquéllos que no tengan ni la más remota idea de qué es un número primo, en qué consiste ser un "primo", aritméticamente hablando, claro está. Todo aquél número que es divisible tan sólo por uno y por él mismo es un número primo, así de sencilla es la definición. Pondré un ejemplo por si aún no ha quedado muy claro, antes de pasar a comentar las curiosidades de las que hablaba en el párrafo anterior. Tomemos el número cinco, ¿es éste un número primo?. Atendiendo a la definición anterior, podemos afirmar que sí es un número primo, ya que no tiene más divisores que el uno y él mismo. Sin embargo, el número seis, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que no es primo, ya que aparte del número uno y del número seis, éste también es divisible por dos y por tres, por tanto podemos demostrar de una manera trivial, que dicho número no entra dentro del conjunto de los números primos.

Avancemos un poco más y pensemos porqué son tan importantes estos números que protagonizan la entrada de hoy. El "Teorema fundamental de la aritmética" afirma que cada número entero mayor que uno (el uno no se considera como número primo), puede expresarse como un producto de números primos. Algún ejemplo de esto puede ser: 28 = 2 x 2 x 7, 66 = 2 x 3 x 11, etc. No voy a entrar en complejidades matemáticas ni en demostraciones formales de todo esto ya que el post podría ser interminable, pero creo que hasta aquí, nadie tendrá problema en comprender lo expuesto. Se puede ver la importancia de los números primos de una manera algo más "romántica", tal como la vio el popular astrónomo y divulgador científico Carl Sagan, el cual escribió en su obra maestra Cosmos lo siguiente haciendo referencia a su creencia de que si una civilización extraterrestre nos enviara señales de radio para contactar con nosotros, lo haría en forma de secuencia de números primos. Cito textualmente las palabras de Sagan: "Es extremadamente improbable que cualquier proceso físico pueda transmitir mensajes de radio que contengas sólo números primos. Si recibimos un mensaje de radio de este tipo deduciremos que una civilización de ahí fuera al menos está orgullosa de los números primos". Atendiendo a estas palabras, que cada uno saque sus propias conclusiones...

Ya Euclides hace más de dos mil años demostró que existen infinidad de números primos, pero como voy a mostrar a continuación, hay una serie de números primos que por una razón u otra, son más atractivos que el resto de primos, veamos algunos de estos números, quiero decir que son todos los que están, pero no están todos los que son, ya que hay multiud de curiosidades referentes a dichos números:

- El número 1.234.567.891 que recorre todos los dígitos, es un número primo.

- El primo 230º, que tiene 6.400 dígitos, está compuesto de 6.399 nueves y sólo un ocho.

- El número compuesto de 317 iteraciones del dígito 1 es primo.

- El primo 713º puede escribirse como (10^1951) x (10^1975) + 1991991991991991991991991) + 1, y fue descubierto en... 1991.

- Con excepción del número 3, cada número Fibonacci que es primo, también tiene un primo suscrito (su orden en la secuencia). Por ejemplo el número Fibonacci 233, que es primo, ocupa la posición 13, número primo también. Lo contrario no se cumple siempre. El hecho de que el suscrito sea primo, no indica que el número también sea primo, es decir el número en la posición 19 (esta prima) no es primo ya que se trata del número 4.181 (113 x 37).

- ¿Existe un número infinito de números primos Fibonacci? Pues aunque parezca mentira, aún no lo sabemos y está por llegar el genio que demuestre o desmienta tal afirmación, así que queda como reto intelectual-matemático para este siglo XXI.

Una de las aplicaciones prácticas de los números primos más extendida hoy día está en los algoritmos criptográficos, entre ellos el popular RSA y la generación de códigos mediante distribución aleatoria de primos para realizar ciertas transacciones por internet, operaciones con tarjetas de crédito, etc.

Si queréis adentraros en la búsqueda de números primos "gigantes", podéis participar en el proyectdo GIMPS (Great Internet Mersenne Primes Search) , lo que es lo mismo, búsqueda de grandes números primos Mersenne a través de Internet. Los números primos de Mersenne son un subconjunto de todos los números primos que tienen la peculiaridad de ser de la forma 2^p -1. Los promotores del proyecto ofrecen cierta cantidad de dinero para aquél que aprovechando los tiempos muertos de su CPU logre conseguir el número primo de Mersenne más alto. Es un proyecto de los englobados en el Grid Computing como el proyecto SETI@HOME.

Para terminar, hacer referencia a la imagen que acompaña al post. Se trata de la espiral de Ulam. Resulta que el matemático Stanislaw Marcim Ulam en una conferencia de matemáticas empezó a colocar los números en espiral marcando los primos y se dio cuenta de que la mayoría de los primos caían en diagonales. Nada más terminar la conferencia el y un compañero de su universidad hicieron un programa de ordenador para comprobar si las diagonales también aparecían con números grandes y efectivamente así era como queda demostrado en la espiral de la imagen.