miércoles, 30 de junio de 2010

¡Con dos cojones!

Para nadie, y especialmente para los ciudadanos de la Comunidad de Madrid, está pasando desapercibida la huelga que están llevando a cabo los trabajadores de la empresa pública Metro de Madrid como consecuencia de la bajada del salario en torno al 5% que se aprobó el lunes en la Asamblea de Madrid tanto para este colectivo como para otros trabajadores públicos de la administración madrileña.
Soy plenamente consciente del daño que dicha huelga está causando a los más de dos millones de usuarios que usan este medio de transporte diariamente para asistir a sus puestos de trabajo, acudir a una cita médica, darse un paseo por el centro de la ciudad o simplemente para intentar ganarse la vida tocando más mal que bien algún que otro instrumento musical.

Dicho lo anterior, no tengo más remedio que felicitar y mostrar mi admiración para con los más de siete mil empleados que trabajan en dicha empresa pública, que armados de valor y con un par de cojones como titula esta entrada, se han plantado y han dicho basta ya a los desmanes que desde los diversos órganos de gobierno, sean locales, autonómicos o estatales se están comentiendo en contra de los funcionarios y empleados públicos. Ya era hora de que alguien pusiera los huevos sobre la mesa y dejara claro que se está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de mantener los derechos adquiridos durante años y años de luchas por los mismo. Qué bien les está viniendo la crisis a algunos majaderos, que con el mismo nivel mínimo de escrúpulos que de vergüenza, nos hacen pagar la crisis a nosotros, a los currantes, a los que menos culpa tenemos de lo que está ocurriendo en el mundo globalizado y liberal de la alta finanza internacional y el capitalismo salvaje, causa principal de esta jodida crisis que ahora quieren que la paguemos entre todos. Lo de siempre, privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, en esto debe consistir el liberalismo económico, que con unos planteamientos ideológicos que no pasarían un examen para entrar en cualquier facultad de economía del mundo, pretende erigirse en la panacea económica de todas y cada una de las naciones-estado y a ser posible, destruir las mismas para que el mundo se convierta en un gran ente financiero-mercantil, en el que ellos detenten el poder y tengan un control absoluto sobre los ciudadanos.

Bueno, a lo que iba. Los trabajadores de Metro de Madrid, aún bajo las amenzas de despido y expedientes varios del consejero de transportes de la Comunidad de Madrid, no se han amedrentado y han continuado hoy la huelga sin servicios mínimos que ayer comenzaron y que no es más que la continuación de los paros que comenzaros el pasado lunes 28 de junio, este día sí con servicios mínimos, y que la Comunidad de Madrid no hizo más que agravar hasta llegar a la situación actual, al aprobar la bajada de los salarios que he comentado anteriormente.
Tiempo le ha faltado a esa televisión tan plural e independiente que sufrimos los madrileños, sí Telemadrid, para echar pestes por las ondas en contra del comité y los sindicatos convocantes de esta huelga, entre ellos, el sindicato de maquinistas, uno de los más activos en la lucha y el que más admiración y respeto me merece. Rubias de bote tertulianas de esta cadena, muy liberales y conservadoras, que por ellas privatizarían hasta a su puta madre, ya han alzado la voz pidiendo la privatización de Metro de Madrid y otras empresas públicas alegando que estando en manos privadas, estas situaciones no se darían. Pero vamos a ver bonita de cara, ¿privatizar un servicio eminentemente deficitario económicamente hablando como el Metro de Madrid?, ¿a cuánto habría que pagar el billete para que una empresa privada obtenga beneficios con Metro?, en fin, no merece más discusión este asunto ya que se cae por su propio peso.

Me alegra saber que todavía queda gente dispuesta a luchar por sus derechos, aún bajo presiones y amenazas como les está pasando a estos trabajadores, aún a riesgo de perder su puesto de trabajo, ya que el consejero Echeverría, del que he hablado antes, ya ha comentado en varias tribunas que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de acabar con la huelga cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Noticias de última hora que estoy leyendo, viendo y escuchando afirman que mañana jueves y el viernes, la huelga continúa aunque sí habrá servicios mínimos. Ánimo trabajadores de Metro, no consintamos que su crisis nos la cargen a nosotros. ¡Sindicalismo revolucionario!


domingo, 13 de junio de 2010

Libros #27: 11-S. Historia de una infamia.

Han transcurrido casi nueve años desde aquél fatídico día 11 de septiembre de 2001, en que el mundo se vio sobrecogido por el que se ha considerado el mayor atentado terrorista de la historia de la humanidad. Todos y cada uno de nosotros recordamos con todo lujo de detalles en qué momento y situación nos llegó la noticia de que un avión se había estrellado contra una de las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York. El posterior desarrollo de los acontecimientos es por todos conocido, por lo menos, lo que los medios de comunicación se dignaron a contar, ya que leyendo obras como las que hoy traigo a esta entrada, la versión oficial deja cuando menos un amplio espacio a la duda y al análisis crítico.

En esta obra de investigación periodística, Bruno Cardeñosa hace un análisis pormenorizado de los acontecimientos que en aquélla mañana de verano ocurrieron en el corazón económico y financiero de los Estados Unidos de América. Por supuesto que es una interpretación completamente crítica con la versión oficial que es la que por tierra, mar y aire nos llegó, llega y seguirá llegando siempre que este tan cacareado tema aparezca por las pantallas de televisión o páginas de periódicos. En un exhaustivo análisis de los acontecimientos, el periodista y escritor autor de esta investigación mete el dedo en la llaga para acercarnos una versión completamente distinta de lo que fue aquél 11 de septiembre.

Acerca de este asunto hay cientos de miles de páginas escritas, tanto en papel como digitales, decenas de programas de radio y televisión con entrevistas a los más destacados investigadores y autores que ponen en duda la versión oficial de los hechos. ¿Quiénes fueron realmente los instigadores del atentado?, ¿conocían los servicios secretos estadounidenses los planes de volar el WTC de Nueva York?, ¿cómo demonios apareció entre hierro fundido, cenizas y toneladas de hormigón el pasaporte intacto de Mohamed Atta?, ¿qué se estrelló realmente contra el edificio del Pentágono?, ¿a quién ha beneficiado realmente el mayor atentado de la historia?. Estas y otras muchas preguntas encuentran respuesta documentada y bien analizada en este libro.

Una obra totalmente recomendable para el que quiera profundizar en las "mentiras" de la versión oficial y acercarse a la otra versión del 11-S. En cada uno está crearse una opinión de lo que realmente pasó aquél día, pero para ello, para hacerse realmente una idea de quién anduvo detrás de aquéllos atentados, es impresdindible la lectura de "11-S. Historia de una infamia", si no logra convencerte, por lo menos no te dejará indiferente.


domingo, 6 de junio de 2010

¿Mercados?. No, gracias.

La crisis sistémica económico-financiera en la que estamos sumidos me está haciendo, aparte de afianzar mis ideas antiliberales, abrir los ojos más si cabe ante la dura realidad que llevamos sufriendo durante decenas de años y especialmente tras el final de la Segunda Guerra Mundial y el consiguiente establecimiento de las coordenadas geoestratégico-políticas del orbe tal y como lo conocemos hoy día, regalo a los judíos de un trozo de Palestina incluído.

Son muchos y muy variados aquéllos a los que se les llena la boca con palabras como liberalismo, libertad económica, anulación del control económico por parte del Estado, capitalismo, etc. etc. que no son otra cosa que eufemismos que esconden tras ellos una palabra que apenas se escucha en los medios de comunicación que no es otra que USURA. Si señores, sí, USURA, con mayúsculas y todas sus jodidas letras, ni una más y ni una menos. Si vamos al diccionario de la Real Academia Española, vemos en su cuarta acepción, aunque las otras podrían ser perfectamente válidas también, lo que en Español significa dicho término, ya digo, en su cuarta acepción: "Ganancia, fruto, utilidad o aumento que se saca de algo, especialmente cuando es excesivo." ¿No nos suena eso a economía de mercado?. ¿No son ellos, banqueros y la gran finanza internacional los que siempre consiguen ganacia, fruto, utilidad o aumento de sus pingües beneficios? Y, ¿a costa de quién?. Exacto, de los mismos de siempre, de los que tenemos que soportar en nuestra yugular el sucio tacón de su zapatos. Mirar si no el ejemplo nuestro, el de España, un gobierno que se hace llamar "socialista" (me río yo del socialismo que practican esta panda de barrigas satisfechas subidos al tren del falso progreso y la modernidad) y que ni corto ni perezoso y con más miedo que vergüenza (miedo a esos que he mencionado antes del tacón en nuestra yugular) se ha apresurado como alma que lleva el diablo a congelar las pensiones de nuestros mayores e incapacitados, reducir el sueldo una media del 5% a todos y cada uno de los funcionarios del Estado, que a partir del 1 de julio tengamos que soportar una carga impositiva indirecta del uno o dos por ciento en el IVA según el tramo al que corresponda, y lo que más miedo me da y que está aún por llegar, su tan traída y llevada reforma laboral.

Y todo esto, ¿para qué?. Pues es fácil, para que sus jodidos mercados se sigan regulando (valga la ironía). ¿Pero estos se creen que somos gilipollas en grado superlativo?, ¿quién cree ya en que el mercado se regula solo?. No cuela usureros, no cuela. Se ha demostrado en sucesivas crisis económicas que el mercado ni se ha regulado, ni se regula, ni se regulará jamás. ¿Porqué tanto interés en rescatar grandes corporaciones financieras?, ¿qué prisas en fusionar cajas de ahorro?, ¿pero el mercado no se regula solo?
Lo que no es de recibo para nadie que tenga la cabeza para algo más que para llevar el último peinado de moda, es que cuando la cosa está boyante se satanice al Estado, que ninguno de estos hijos de puta que sentados en sus poltronas controlan el mundo, quiera que el Estado se inmiscuya en sus negocios y que les regulen el mercado. Pero, ¿y cuando la cosa está mal?, ¿qué hacen?. Pues ya lo estáis viendo, que van llorando a agarrarse a la pierna de papá Estado para que les saque las castañas del fuego, y como no hay un gobierno con dos cojones en todo el mundo occidental, los Estados (muy demócratas y liberales) acuden raudos a la llamada SOS que les emiten los que hasta hace dos días aborrecían de esos mismos Estados, para que todo siga igual, para que nada cambie, para que ellos sigan siendo más ricos y nosotros, los trabajadores, cada vez seamos más pobres.

Así que le vayan con el cuento a otros y desde aquí digo que todo, absolutamente todo el poder económico y productivo de un país, pase a ser gestionado y arbitrado por el Estado, como único garante de la justicia social y la verdadera libertad de una Nación ante los ataques avasalladores de los que por todos los medios a su alcance quieren imponer a sangre y fuego su puto, siniestro y devastador nuevo orden mundial.