jueves, 18 de noviembre de 2010

¡HIPÓCRITAS!

Durante el día de hoy por mi recorrido habitual por prensa, radio y televisión, para estar al tanto de lo que se cuece en la vida política, económica y social de España, he observado que el tema de debate y análisis por excelencia -con permiso de El Aaiún, Marruecos y el Frente Polisario- ha sido el videojuego que las Juventudes del Partido Popular de Cataluña colgaron en su página web, como parte de su campaña para las próximas elecciones catalanas del día 28 de noviembre.
El Partido Popular de Cataluña, con Alicia Sánchez Camacho como cabeza de lista en la carrera a la presidencia del gobierno catalán, está centrando si no el cien por cien de su campaña electoral, sí un alto porcentaje de la misma en atacar a la inmigración masiva e ilegal que sufre Cataluña, y esto, al parecer, está causando cierto revuelo y no poca preocupación en el resto de partidos que conforman el arco parlamentario catalán. Hipocresía de unos e hipocresía de otros. Intentaré explicar mi tesis.

¿No es cierto, jóvenes del Partido Popular, que con vuestro tan querido y admirado José María Aznar, siendo éste presidente del gobierno entre los años 1996 y 2004, fue cuando se produjo la mayor invasión extranjera que jamás haya sufrido España desde el siglo VIII?, lo cual, potenciado por el "papeles para todos" que tuvimos que aguantar ya en etapa socialista potenciando esto a su vez el efecto llamada, ahora tenemos lo que tenemos. ¿Cuántas veces hemos tenido que oír y requeteoír, por activa y por pasiva, la jodida frase tan famosa de "los inmigrantes nos pagarán las pensiones"?, ¿y la otra esa que decía, "ellos hacen el trabajo que los españoles no quieren"? (que por cierto, llevo tiempo sin escucharlas...). Mentira la primera y la segunda roza la falacia. Ni los inmigrantes nos van a pagar las putas pensiones (si no, ¿a santo de qué iban a reformar el sistema de pensiones tal y como tienen pensado, incluso, aumentando la edad de jubilación a 67 años?, ni muchísimo menos los inmigrantes realizaban el trabajo que los españoles no querían. ¿Qué pasaba entonces?, pues sencillo, en plena vorágine expansionista de la economía española, montada a hombros del ladrillo, la especulación y los créditos dados a diestro y siniestro por estos bancos (que ahora hemos tenido que rescatar a más de uno, por cierto), hacía falta mano de obra no cualificada y lo más barata posible. ¿Solución?, inmigrantes a punta de pala, gente dócil, que huyendo de la miseria de sus países de origen la mayoría, aceptaban cualquier trabajo y prácticamente a cualquier precio, mientras los españoles, aprovechando la coyuntura de expansión económica, ocupaban puestos en sectores algo menos sufridos y mejor pagados. Así que "jóvenes populares", aún no siendo el PP el principal culpable de la situación actual en lo que a inmigración se refiere, sí que es uno de los principales responsables de la misma, el Partido Popular y la corte de empresarios sin escrúpulos, muy probablemente votantes de la derecha liberal la mayoría, que a costa de la miseria de los demás, se han poco menos que lucrado. Ésta es la hipocresía de unos.

La hipocresía de los otros, está en que habiendo sido elegidos para supuestamente solucionar, si no todos, sí algunos problemas de los españoles, no han hecho absolutamente nada para parar este chorreo inmigratorio que está ahogándonos a todos. Pero claro, estos gobernantes socialistas (tanto en el gobierno catalán actualmente, como en el gobierno de la Nación) de pacotilla, que de socialistas sólo tienen el nombre, llevan a sus hijos a colegios privados, evitando así la brecha educativa que se ha abierto en los colegios públicos desde la llegada de personajes de lejanas tierras que el español no lo han oído en la vida, mueven su culo en coches oficiales y no en transporte público donde se hace muy notoria la presencia inmigrante, viven en residenciales de lujo a las afueras de las grandes ciudades donde los únicos inmigrantes que ven son los que limpian sus casas y las casas de sus acomodados y pudientes vecinos, sus sueldos de presidentes, consejeros, diputados, senadores y demás ralea están blindados y más que pactados (es para lo único que se ponen de acuerdo en las sesiones plenarias) y no están sujetos a las fluctuaciones del mercado laboral, yendo los salarios de los trabajadores de a pie a la deriva y a la igualación por debajo desde la llegada masiva de inmigrantes y así podría seguir hasta la extenuación. Así, claro que para ellos, políticos profesionales autodenominados de izquierda, no existe ningún problema con la inmigración, abogan por la integración, pero eso sí, lejos de los colegios de sus hijos y de sus chalets con piscina. Hipócritas, nada más que hipócritas... Aunque alguna ficha ya están moviendo en el tablero estos socialistas, sin ir más lejos, Celestino Corbacho el otro día en una conferencia dijo que "sólo deberían entrar los inmigrantes que realmente hiciesen falta", por poner un ejemplo.

El desarrollo de todo lo anterior daría para una tesis doctoral, pero creo que las líneas generales de lo que quiero decir, han quedado perfectamente marcadas.
Una última cosa, ¿Tendrá algo que ver Josep Anglada y su PxC en el cambio de discurso del PP y el nerviosismo de la izquierda en lo que a inmigración se refiere?. A buen entendedor...


lunes, 15 de noviembre de 2010

Libros #35: Las crisis del capitalismo.

Unos meses atrás, el diario Público adjuntaba cada sábado a su periódico un libro en modo de venta conjunta e inseparable al precio de 2 € el binomio, dando lugar tras decenas de entregas a lo que ellos han denominado "Colección de Pensamiento Crítico", colección compuesta por las obras, escritos, ensayos y demás papel entintado de los más variopintos autores, desde Voltaire, pasando por Marx, Schopenhauer, Rosa Luxemburgo, Lenin, Gandhi, Engels y un amplio elenco de "pensadores críticos" más.

Pues bien, una de esas obras que forman parte de la mencionada colección es ésta que hoy me propongo comentar, "Las crisis del capitalismo", cuyo autor según queda bastante claro en la imagen que acompaña a este artículo es Karl Marx. En primer lugar indicar que no se trata de un ensayo que Marx hubiese publicado con ese título, si no que se trata de un conjunto de escritos referentes a las crisis del capitalismo que Marx dejó escrito en otras obras, principalmente en "El Capital".
El libro se divide en dos partes perfectamente diferenciadas. La primera de ellas es una introducción de Daniel Bensaïd, el que fuera profesor de la Universidad París VIII y director de la revista Contre-Temps, fallecido en enero de este mismo año. Ésta pequeña introducción del profesor Bensaïd se desdobla a su vez en otras dos partes; por un lado, nos expone su punto de vista y nos da una serie de pinceladas sobre el pensamiento de Marx acerca de las crisis del sistema capitalista, por otro, nos habla del sistema económico Keynesiano, referido por supuesto al tema central de la argumentación, la crisis, y metiendo lo anterior en una coctelera, junto a algunas pinceladas de la crisis económica en la que estamos sumergidos ahora mismo, dan como resultado su pequeña introducción a los escritos de Marx.

Tras la introducción de Daniel Bensaïd, se da paso a la seguna parte del libro, los escritos de Marx donde se nos expone de una manera netamente científica, económicamente hablando, las tesis que el alemán arguye como causas principales del advenimiento de cíclicas crisis económicas por el simple hecho de estar la economía, al menos en el mundo occidental de su época, apoyada en hombros del capitalismo. Con un lenguaje excesivamente técnico pero no imposible de seguir y comprender con un poco de atención y otro tanto de paciencia, se nos habla de la "sobreproducción", tanto de mercancías como de capital, como elemento vertebrador de las crisis que se han producido, se producen y se producirán en un futuro. Para una lectura del libro correctamente contextualizada, indicarle al que no lo sepa, que Marx escribió la mayor parte de su obra en la segunda mitad del siglo XIX, de ahí que aparezcan ejemplos perfectamente válidos para la época en que fueron redactados sus escritos, y que a día de hoy aún teniendo valor didáctico, dejan mucho que desear como ejemplos válidos de sus argumentos; aparte de que hoy en día entran en juego una serie de variables y factores completamente desconocidos en el siglo XIX.
Me ha resultado interesante la feroz crítica que realiza al economista Jean-Baptiste Say, es más, el ensayo gira en torno a rebatir la idea de éste último de que en un sistema de oferta y demanda, no es posible que se dé sobreproducción alguna, o cuando menos, que no pueda existir un exceso generalizado de oferta. Idea ésta que en palabras de James Mill sería: "existe un equilibrio metafísico entre vendedores y compradores". Ideas las anteriores a su vez, que también serían recogidas por David Ricardo, al cual cómo no, también se le hace una crítica económica que no tiene desperdicio, se esté o no se esté de acuerdo con ella.

Como colofón, decir que me parece una compilación de textos interesantes, insisto, aunque se esté o no se esté de acuerdo con ellos, que desde mi punto de vista sirven para entender algo mejor la situación de crisis económica sistémica y global que padecemos y analizar con un poco más de criterio las contradicciones del sistema capitalista, culpable sin discusión alguna de la situación. En definitiva, que el asunto viene de lejos y por más que se evidencia que el sistema no funciona, seguimos aguantándolo...


sábado, 6 de noviembre de 2010

Libros #34: Las Reliquias de Hitler.

Este libro, cuyo subtítulo es Magia, ocultismo y sociedades secretas en el Tercer Reich, lo compré en un pequeño puesto de libros descatalogados y de sobrantes de stock a muy buen precio, ya que de lo contrario, tengo serias dudas de que lo hubiese adquirido. ¿Porqué digo esto?, pues porque tal y como me temía, el libro no se trata de ninguna investigación seria sobre el tema abordado, si no que más bien es un compendio de retales y "tópicos" sobre el asunto sobre los que ya hay disponible mucha mierda escrita.

Desde mi punto de vista, no hay más que acercarse a la poco atractiva biografía y formación del autor, José Gregorio González, formado en dietética y periodismo, para sobreentender que el ensayo no nos va a sorprender por sus datos reveladores o por su profundidad en la investigación histórica, por poner solo dos ejemplos así a bote pronto. Por tanto, he de comentar, que para alguien que ya se haya acercado a los asuntos referentes al "esoterismo" durante el Tercer Reich, o esté más o menos ducho en la materia, el libro le resultará súmamente pobre en su contenido.
Pero no todo va a ser negativo en esta obra, hay que reconocerle al autor, que ante la falta de información atractiva o al menos novedosa en su libro, que éste está redactado de manera clara y los temas son expuestos de forma amena y accesible para el gran público, algo que no todo el que se mete en estos "berenjenales" lo consigue, ahogándose muchos en su propia tinta en los primeros capítulos.

El libro está compuesto por nueve capítulos, de no mucha extensión cada uno, a través de los cuales el autor nos adentra en los tan traídos "enigmas nazis", partiendo de una pequeña introducción a las sociedades secretas europeas más importantes, siguiendo su recorrido por la archiconocida y casi siempre mal interpretada Sociedad Thule, que el propio autor bautiza como "nido de nacionalsocialistas", continúa hablando de la Orden Negra de Himmler y la Anhenerbe, para terminar en los últimos capítulos hablándonos de la Lanza de Longinos, la búsqueda del Santo Grial y las teorías científicas más revolucionarias estudiadas y diseccionadas por la corte elitista de científicos nazis.

En definitiva, el libro gira en torno a la misma órbita que otros libros del mismo estilo y contenido, como el escrito por José Lesta, El enigma nazi: el secreto esotérico del III Reich, que leí hace años, donde unos autores que no son más que catalizadores de historias de misterios en distintos medios de comunicación, se dedican a escribir libros donde sólo podemos encontrar medias verdades sin un estudio histórico serio, cuando no directamente, mentira tras mentira.