lunes, 28 de marzo de 2011

Libros #41: La catástrofe perfecta.

Este breve pero intenso libro, forma parte de la Biblioteca de Pensamiento Crítico que el diario Público puso a disposición de sus lectores con la única condición de que cada sábado te acercaras religiosamente al kiosko de prensa y desembolsaras 2 €, con lo que te llevabas el rotativo de ese día junto a un libro de la citada biblioteca. Crisis del siglo y refundación del porvenir es el subtítulo del que hace gala este pequeño ensayo mediante el cual el profesor de la Sorbona, periodista y uno de los mayores especialistas en geopolítica, Ignacio Ramonet, nos cuenta de una manera accesible a todos los públicos cómo se fueron larvando los polvos derivados en lodos que han enfangado la economía de la mayor parte del mundo, al menos la mayoría de países liberal-capitalistas.

Como nos demuestra el autor, no es necesario rellenar cientos y cientos de páginas con datos, estadísticas, curvas, cuadros sinópticos y demás parafernalia que adornan los incontables ensayos que han aparecido -algunos buenos, otros menos buenos y los más, mediocres- al calor de la crisis económica que estamos sufriendo. En las líneas anteriores he hecho alguna referencia a la brevedad y concisión de la que hace gala el libro, y es que en la edición que yo poseo, el profesor Ramonet no ha necesitado más de 128 páginas para presentar ante nosotros una magnífica exposición de lo que ha acontecido recientemente en los llamados "mercados" y las consecuencias que las malas prácticas de los "mercaderes del templo" han tenido, lo que nos ha sumido en la mayor catástrofe económica (usando la terminología del propio autor) desde el archiconocido y más que mentado crack de 1929.

El libro se divide en dos partes, la primera, la crisis del siglo según la estructuración del libro, nos adentra a lo largo de una serie de capítulos en los orígenes y desarrollo de la crisis sistémica que padecemos. No faltan referencias críticas a algunos de los teóricos liberales tales como Schumpeter, Hayek o Milton Friedman y sus teorías económicas antiproteccionistas y antiestatales -entiéndase esto último desde el punto de vista económico- y acusa directamente a dichas teorías de ser las inspiradoras teóricas de lo que muchas empresas y muchos países han llevado a cabo, dando lugar a la "catástrofe perfecta" como reza el título del libro. Capítulos como neoliberalismo y democracia, los diez mandamientos de la religión liberal, el mercado contra el Estado o privatización o muerte harán las delicias de todos aquéllos que como yo, somos contrarios al liberal-capitalismo y todo lo que ello conlleva.
Pero como no todo iba a resultar crítica sin hacer ninguna aportación, en la segunda parte del ensayo, los desafíos, los peligros, las perspectivas, que así se tituta, el profesor propone medidas para salir de la crisis sobre bases más justas y verdaderamente democráticas. Y haciendo uso de su conocimiento sobre geopolítica y geoestrategia, se atreve a hacer ciertas predicciones de lo que ocurrirá en el orbe a medio y largo plazo. ¿Seguirá Estados Unidos como cabeza visible de la economía global?, ¿qué ocurrirá con China?, ¿soportará la Tierra el grado de explotación a la que está siendo sometida?...

Para terminar, diré que es un libro altamente recomendable para todos los que sientan necesidad de conocer el porqué, económicamente hablando, de la situación en la que nos encontramos, así como para aquéllos que hartos del bombardeo sistemático al que estamos sometidos por prensa, radio y televisión que loa los beneficios del mundo globalizado y las democracias liberales, quieran acercarse a otro modo de entender la economía y las relaciones sociales. Se puede estar de acuerdo o no con el autor -yo por ejemplo, estoy muy lejos de su ideología política- pero nos servirá para meditar acerca de la realidad que nos atrapa.


sábado, 19 de marzo de 2011

In Memoriam.





jueves, 10 de marzo de 2011

¡NO A LA PRIVATIZACIÓN DE AENA!

Hace unos meses el gobierno ¿socialista? de José Luis Rodríguez Zapatero, reunido en consejo de ministros anunció la privatización de un 49% de AENA, así como del 30% de Loterías y Apuestas del Estado.
Pues bien, como era de esperar, se han anunciado por parte de los sindicatos de trabajadores de AENA, movilizaciones y huelgas para defender tanto sus derechos como empleados públicos, así como para pedir la no privatización del ente del que son trabajadores.

Al igual que ocurrió en la huelga de METRO de Madrid, o más recientemente en la huelga encubierta que llevaron a cabo los controladores aéreos, vuelven a bombardearnos por todos los medios de comunicación con la misma cantinela de siempre cuando se da una casuística de éstas. ¿Qué cantinela?, pensaréis. Pues me estoy refiriendo a que ya se está volviendo a erigir la figura del USUARIO como santo sanctórum de las desgracias que supone que se lleve a cabo una huelga de las características de las que hay covocadas. Me explico. Huelga de trabajadores de METRO de Madrid, convocada para forzar la marcha atrás del decreto que nuestra "queridísima" presidenta Esperanza Aguirre se sacó de la manga para bajarle el sueldo a todos los trabajadores de dicha empresa pública de la Comunidad de Madrid, pasándose por donde mea, el convenio colectivo firmado años atrás por la empresa, sindicatos y Comunidad.
¿A quién le importó las reivindicaciones de dichos empleados públicos?, ¿qué medios de comunicación dedicaron siquiera cinco míseros minutos a hacerse eco de sus reivindicaciones?, ¡ni el corpus!. Sin embargo, acabamos hasta los huevos de ver desfilar ante las cámaras de televisión USUARIOS de METRO cagándose en la puta madre que parió a panete debido a que ese día se habían tenido que levantar 20 ó 25 minutos antes para poder llegar a su puesto de trabajo, abuelos y abuelas despotricando en contra de todo lo despotricable por que no habían llegado a tiempo a sus clases de baile para la tercera edad, debido a que a los bolcheviques de los trabajadores no se les ocurre otra cosa que ¡convocar una huelga! para defender sus derechos. Y así todo un elenco de personajes que uno tras otro y a cuál más fuerte gritaban y maldecían a sindicatos y trabajadores.

Más recientemente hemos asistido al mismo espectáculo con la huelga encubierta de controladores aéreos. El mismo desfile de malhumorados, llorones y egoístas USUARIOS a los que les importaba un comino las reivindicaciones de los controladores aéreos. Que no seré yo quien defienda las formas de hacer la huelga que tuvieron, pero coño, seamos serios, que en este país (cada día más de mierda) hay casi cinco millones de parados y a todo el mundo parece sudarle la polla, que congelan las pensiones sean contributivas o no, y nos la pela, que el paro juvenil está por encima del 40%, ¿y a mí qué?, que nos privatizan AENA, Loterías del Estado y las Cajas de Ahorro, y aquí no se mueve ni el maestro armero. Pero, ¡aaaamigo!, pobre de aquél que ose a convocar una huelga y que afecte a uno de esos nuevos parias de la tierra que son los USUARIOS. En este país se arma la marimorena con tintes de tragedia griega. ¡Qué poca vergüenza la de los sindicatos de AENA que convocan huelgas en Semana Santa y en la temporada alta de verano!, ¡qué fascistas!, ¡cómo lo vamos a consentir!. Así que en defensa del sagrado USUARIO ya se han levantado los medios de comunicación de borregos (que no de masas) que ya están lanzando pullas en todo tipo de informativos, sea televisado o radiofónico y las rotativas de los periódicos ya están imprimiendo consignas en defensa de los nuevos desgraciados del siglo XXI, ¡LOS USUARIOS AFECTADOS POR LAS HUELGAS!.

¿Pero somos tontos o qué cojones nos pasa?, ¿cuándo demonios queremos que convoquen una huelga los trabajadores de los aeropuertos?, ¿el 10 de marzo desde las 0:00 horas hasta las 7:00 horas?, por poner un ejemplo ¿eh?. El objetivo de toda huelga es forzar una situación que favorezca a los trabajadores que la secundan (el tema de los esquiroles habría que tratarlo también detenidamente), o bien revocar una decisión tomada por la empresa en la que dichos trabajadores se ven afectados (en el caso de AENA, pasarán de ser funcionarios públicos a ser meros asalariados de alguna de las empresas a las que ya se les está haciendo la boca agua de ver el pastel que se van a repartir, ¡hijos de puta!), por tanto, ¿cuándo cojones, señores USUARIOS, convocan la huelga?, pues evidente, la tendrán que convocar en aquéllas fechas en las que más daño se haga, en las fechas en que puedan forzar una revocación de las decisiones tomadas por la empresa tal y como he dicho antes.

Pues bien, las negociaciones entre AENA y los sindicatos se están llevando a cabo, a día de hoy, siguen convocadas las huelgas y movilizaciones al no haberse llegado a ningún acuerdo entre partes, y desde aquí digo que ¡adelante con la huelga!, ¡que ya está bien de que siempre paguen los platos rotos los que menos culpa tienen de la rotura! y por último y lo más importante ¡NO A LA PRIVATIZACIÓN DE AENA NI DE NINGUNA EMPRESA PÚBLICA!, hostia, ya está bien cojones, ya está bien...