miércoles, 17 de octubre de 2012

Libros #67: DELENDA EST ISRAEL.

Para todos aquellos que no lo sepan, habría que decir en primer lugar, que Erik Norling es uno de los mayores especialistas en la historia del "fascismo español", además de una de las voces más autorizadas en cualquier tribuna, habida y por haber, que estos temas haya tratado, trate o quiera tratar. Ni que decir tiene que no es un autor subvencionado por ninguna institución, ni un paniaguado a sueldo de cualquier sátrapa dispuesto a dejarse los cuartos con tal de tergiversar, distorsionar y manipular hasta la extenuación la Historia, toda la Historia, y no solo la que concierne a los años 30 y la llegada de los "ismos" a España.

El subtítulo de este pequeño ensayo reza lo siguiente: "El fascismo fundacional español y la cuestión judía". Más claro, explícito e ilustrativo  de lo que nos vamos a encontrar a lo largo de las pocas páginas del libro no podía ser, por tanto, sin más adornos ni florituras, adentrémonos en el contenido de la obra y veamos qué nos vamos a encontrar tras una atenta y dilucidadora lectura de la misma.
El primer capítulo es una breve introducción al antisemitismo del que se hacía bandera por parte de algunos "fascismos" europeos, siendo sin ningún género de dudas el Nacional-Socialismo alemán su máxima expresión, aunque cabe decir que hubo otros movimientos fascistas y/o filofascistas en Europa, que también hacían suyo un cierto grado de antisemitismo. En definitiva, que este primer capítulo no es más que una reseña histórica para poner en el contexto de la época el poco o mucho antisemitismo que en España hubiese.

Los siguientes capítulos conforman el "núcleo" del ensayo. En primer lugar aparece en escena Ramiro Ledesma Ramos y sus Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista. Basten estas líneas extraídas del propio libro para dar carpetazo a este capítulo: "Para el principal representante ideológico del fascismo español, Ramiro Ledesma Ramos, el tema judío apenas existe y su aparición en sus discursos doctrinales es meramente circunstancial". Pero esto no es óbice para reconocer la admiración que Ramiro sentía por el Nacional-Socialismo alemán, además de que nunca se desmarcó de los que defendían posturas antijudías en España, aceptándolos en sus filas como a Onésimo Redondo. Aunque bien es cierto que al menos Ramiro Ledesma no dejó plasmado en ningún sitio que sintiera el más mínimo odio o animadversión hacia los judíos.
El siguiente capítulo nos habla de Onésimo Redondo en particular y del "grupo de Valladolid" en general. A nadie le puede caber la más mínima duda acerca del antisemitismo militante de Onésimo Redondo y sus Juntas Castellanas de Actuación Hispánica y por tanto, en torno a ello gira prácticamente el argumento principal del ensayo. Aparecerán ante nosotros textos, escritos y discursos de Onésimo y su grupo vallisoletano, especialmente de la revista "Libertad". Recordemos también que Onésimo Redondo viajó a Alemania tras obtener una plaza como lector de español en la Universidad de Mannheim en plena expansión del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán y quizás allí "bebió" de tesis antijudías. Asistí hace unos meses a la sede de Vieja Escuela Madrid, que en su primer ciclo de conferencias tuvieron como invitado a Luis Miguel Villegas -autor del magnífico libro "Onésimo Redondo. Los albores de La Falange" y uno de los mejores conocedores de la figura de Onésimo Redondo- el cuál, a una de mis cuestiones en el turno de ruegos y preguntas que versaba sobre el viaje de Onésimo a Alemania, nos comentó a los que allí estábamos que no, que el antisemitismo de Onésimo era prácticamente innato, algo visceral y que por supuesto no era algo racial como lo era el del Nacional-Socialismo de Hitler, si no un antijudaísmo anclado en el pasado de España y en su profundo "catolicismo castellano".

También tiene cabida en el libro de Norling, como no podía ser de otra manera, el antisemitismo que atañe a Falange Española, que pasa tres cuartos de lo mismo que pasaba con Ramiro, apenas hay testimonio escrito que incite a pensar que José Antonio Primo de Rivera fuese antijudío. Sin embargo sí aparecen en escena algunos textos aparecidos en Patria Sindicalista, órgano de expresión de la Falange valenciana, donde sí se hace militancia antijudía, aparte de exponernos otros textos de Arriba y algún que otro órgano de expresión falangista como F.E.
Y para terminar el ensayo, se hace referencia a un personaje imprescindible cuando de "fascismo fundacional español" se habla, que no es otro que el magnífico Ernesto Giménez Caballero, donde se exponen las ideas de éste sobre la cuestión judía, interesante capítulo donde los haya. Finalmente y a modo de epílogo, Erik Norling responde a la siguiente pregunta: "¿Un antisemitismo fascista español?", respuesta que por supuesto no desvelaré y os animo a comprar y leer el libro porque realmente merece la pena.

P.D: El título del libro es un guiño a la famosa locución latina, atribuída a Catón el Viejo "Carthago delenda est", que literalmente significa "Cartago debe ser destruída"...