En primer lugar y para abrir esta entrada, quiero manifestar mi más sincero apoyo a todos y cada uno de los trabajadores que conforman el sector minero en España, que desde hace algunas semanas han saltado a la primera página de la actualidad nacional debido a los diversos actos reivindicativos que están llevando a cabo.
Ayer, 22 de septiembre, se cumplió el primer día de la huelga en el sector minero que ha paralizado la actividad en las cuencas mineras de León, Asturias, Aragón y Castilla-La Mancha, mientras que el Consejo de la Unión Europea debate esta semana el reglamento que propone suprimir las ayudas a este sector en 2014.
Pero no sólo las protestas están siendo llevadas a cabo debido a la negociación que se está llevando a cabo en el seno europeo como se indicaba anteriormente, también exigen que les sean pagadas las nóminas que les adeudan los empresarios Viloria y Victorino Alonso. Por otro lado, mientras el ministro de Industria, Miguel Sebastián, intenta apaciguar los ánimos de los manifestantes, marchantes y huelguistas, los seis sindicalistas encerrados en Madrid y en huelga de hambre desde ayer, en la sede del ministerio que encabeza el susodicho Sebastián, no son tan optimistas como éste último. Dicho en román paladino, ven su futuro más negro que el carbón que cada día se dedican a extraer con sangre, sudor y lágrimas de las diversas minas repartidas a lo largo y ancho de la geografía española.
También desde aquí me quiero sumar de corazón a la segunda "Marcha Negra" que los mineros de León están llevando a cabo con estas reivindicaciones que estamos contando bajo el brazo. Unos cuantos cientos de mineros, armados de valor y con la intención de que su situación económica y laboral no siga cayendo a plomo más de lo que ha caído ya, están en marcha para poner los cojones sobre la mesa y pedir un desbloqueo de la situación que llevan padeciendo meses y que este gobierno que sufrimos, sí, he dicho bien, que sufrimos, o no sabe cómo atajar el problema, o lo que es más probable, no le interesa lo más mínimo la crisis del sector al que estamos aludiendo.
En resumen, que los seis mineros en huelga de hambre en el ministerio de Industria, otros cuatro también en huega de hambre en Ponferrada (León), los que se mantienen firmes en sus posiciones encerrados en las minas de Tremor de Arriba (León) y Velilla del Río Carrión (Palencia), los cientos que están de marcha reinvindicativa, así como a todos y cada uno de los que secundan la huelga en el sector, deberían tener el más sentido apoyo del pueblo español, sin duda, el mío lo tienen y desde mi pequeña aportación en este blog lo hago saber.
Y ya que estamos imbuidos de lleno en el asunto, aprovecho estas líneas para decir que muchos de los problemas que están sufriendo los mineros se evitarían si las minas, absolutamente todas las minas que están en territorio español, fuesen propiedad del Estado y explotadas por el mismo. Así que no me queda más remedio que pedir la nacionalización del sector, así como la estatalización de sus medios de producción, y que sea el Estado el garante de la seguridad económica y laboral de los trabajadores mineros, como siempre debió ser.
MINEROS, ¡ÁNIMO EN LA LUCHA!, ¡SINDICALISMO REVOLUCIONARIO!
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jueves, 23 de septiembre de 2010
domingo, 19 de septiembre de 2010
Libros #30. Obras completas de Ramiro Ledesma Ramos Vol. IV.
Con este cuarto volumen de las Obras Completas de Ramiro Ledesma Ramos, finalizo el bloque de artículos dedicados a dichas obras editadas por Ediciones Nueva República en colaboración con el Círculo Cultural la Conquista del Estado. Navegando de manera inversa cronológicamente por la sección de libros de este blog, vemos que se han dedicado ya varios capítulos a los libros, revistas, textos y escritos diversos de Ledesma Ramos. Si bien es cierto que el título de las entradas no se correspondía con el volumen concreto de las obras completas, el lector perspicaz habrá observado que las portadas que he ido poniendo sí se correspondían con las de las obras completas que hoy traigo aquí a colación de manera explícita en el título con motivo de la finalización de la lectura y estudio de las mismas.
Haciendo un breve repaso, he expuesto en este blog los comentarios a una novela de la época de juventud de Ramiro, "El Sello de la muerte", así como a un ensayo, también de juventud, "El Quijote y nuestro tiempo". Ambas entradas se correspondían al primer volumen de las obras completas, entre otros escritos breves que forman dicho primer volumen. El segundo volumen se corresponde íntegramente a los escritos filosóficos de Ramiro Ledesma, que publicó tanto en La Gaceta Literaria de Ernesto Giménez Caballero, como en Revista de Occidente, del maestro Ortega y Gasset. La entrada la titulé como "La filosofía, disciplina imperial", título con que se editó un libro con varios artículos seleccionados de dichos escritos filosóficos. Por otro lado, he hablado de los escritos políticos de Ledesma en las revistas de las cuales fue fundador "La Conquista del Estado" y "JONS", textos de los que se compila el tercer volumen de las obras completas. Y por último, el volumen cuarto, que es el que voy a comentar en las sucesivas líneas.
La densidad de este cuarto volumen es directamente proporcional a los variado de su contenido. Encontramos en primer lugar el libro "Discurso a las Juventudes de España", editado por ediciones La Conquista del Estado y publicado en el año 1935. Posteriormente encontramos el libro "Fascismo en España", escrito bajo el pseudónimo de Roberto Lanzas y publicado también en 1935, unos meses más tarde que el anterior que hemos comentado.
A los dos ensayos les siguen los artículos íntegros que el zamorano escribió en la revista "La Patria Libre", fundada por él mismo como órgano de expresión de las JONS escindidas ya de Falange Española, que vio la luz el día 16 de febrero de 1935 y acabó su periplo por las calles patrias siete números más tarde, en marzo del mismo año. Encontramos también los artículos escritos en la publicación "Nuestra Revolución", más efímera aún que la anterior ya que sólo vio la luz un número, con fecha 11 de julio de 1936, justo una semana antes de producirse la asonada militar que dio comienzo a la Guerra Civil Española.
Se completa el volumen con textos de Ramiro publicados en diversos diarios y publicaciones, así como una serie de misivas que también son de gran interés para todos aquéllos que estamos interesados y porqué no decirlo, admiramos la figura de Ramiro Ledesma Ramos.
No me voy a extender más en los comentarios a este volumen ya que posteriormente daré cuenta de los dos ensayos por separado en sendos artículos, para tratarlos con mayor detalle y rigor. Por otro lado, he de decir que tengo en lista de espera para ser leídas las ediciones íntegras tanto de "La Patria Libre", editadas por Ediciones Barbarroja, como de "Nuestra Revolución", de la mano de Ediciones Nueva República, así que más adelante comentaré también y al igual que los ensayos, más detenidamente el contenido y la influencia política de ambas publicaciones.
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Haciendo un breve repaso, he expuesto en este blog los comentarios a una novela de la época de juventud de Ramiro, "El Sello de la muerte", así como a un ensayo, también de juventud, "El Quijote y nuestro tiempo". Ambas entradas se correspondían al primer volumen de las obras completas, entre otros escritos breves que forman dicho primer volumen. El segundo volumen se corresponde íntegramente a los escritos filosóficos de Ramiro Ledesma, que publicó tanto en La Gaceta Literaria de Ernesto Giménez Caballero, como en Revista de Occidente, del maestro Ortega y Gasset. La entrada la titulé como "La filosofía, disciplina imperial", título con que se editó un libro con varios artículos seleccionados de dichos escritos filosóficos. Por otro lado, he hablado de los escritos políticos de Ledesma en las revistas de las cuales fue fundador "La Conquista del Estado" y "JONS", textos de los que se compila el tercer volumen de las obras completas. Y por último, el volumen cuarto, que es el que voy a comentar en las sucesivas líneas.
La densidad de este cuarto volumen es directamente proporcional a los variado de su contenido. Encontramos en primer lugar el libro "Discurso a las Juventudes de España", editado por ediciones La Conquista del Estado y publicado en el año 1935. Posteriormente encontramos el libro "Fascismo en España", escrito bajo el pseudónimo de Roberto Lanzas y publicado también en 1935, unos meses más tarde que el anterior que hemos comentado.
A los dos ensayos les siguen los artículos íntegros que el zamorano escribió en la revista "La Patria Libre", fundada por él mismo como órgano de expresión de las JONS escindidas ya de Falange Española, que vio la luz el día 16 de febrero de 1935 y acabó su periplo por las calles patrias siete números más tarde, en marzo del mismo año. Encontramos también los artículos escritos en la publicación "Nuestra Revolución", más efímera aún que la anterior ya que sólo vio la luz un número, con fecha 11 de julio de 1936, justo una semana antes de producirse la asonada militar que dio comienzo a la Guerra Civil Española.
Se completa el volumen con textos de Ramiro publicados en diversos diarios y publicaciones, así como una serie de misivas que también son de gran interés para todos aquéllos que estamos interesados y porqué no decirlo, admiramos la figura de Ramiro Ledesma Ramos.
No me voy a extender más en los comentarios a este volumen ya que posteriormente daré cuenta de los dos ensayos por separado en sendos artículos, para tratarlos con mayor detalle y rigor. Por otro lado, he de decir que tengo en lista de espera para ser leídas las ediciones íntegras tanto de "La Patria Libre", editadas por Ediciones Barbarroja, como de "Nuestra Revolución", de la mano de Ediciones Nueva República, así que más adelante comentaré también y al igual que los ensayos, más detenidamente el contenido y la influencia política de ambas publicaciones.
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jueves, 16 de septiembre de 2010
Libros #29: Historia de España.
"Historia de España. De los primeros pobladores a los Reyes Católicos" es el libro sobre el que versa el artículo de hoy. El año pasado con ocasión de la Feria del libro de Madrid, tuve la oportunidad de que me firmaran el libro y compartir unos segundos de conversación con los autores del mismo, Federico Jiménez Losantos y César Vidal.
No veo necesario hacer hincapié en el tema tratado, ya que su título y subtítulo lo describen más que claramente, efectivamente, la Historia de España, desde los primeros pobladores hasta los Reyes Católicos, nada más y nada menos... Sí he de decir que no se trata de un conjunto de nombres, fechas y lugares más o menos enlazados en el tiempo y que dan lugar a un libro de historia al uso, como los cientos de miles que pululan por las estanterías de bibliotecas, librerías y centros comerciales varios.
Como se indica en la portada de la edición que yo adquirí, la quinta, el libro está "basado en la sección breve historia de España para inmigrantes, nuevos españoles y víctimas de la LOGSE, que se emite en La Mañana de Federico Jiménez Losantos" . Efectivamente, dicha sección que a día de hoy se emite los lunes alrededor de las 10:00 en esRadio (emisora que ya va por su segundo año de emisión), es la "matriz" desde la que se gestó este libro, así como la segunda parte del mismo, que ya está editada y comercializada.
Como se ha comentado anteriormente, al estar basado en la sección de historia del programa La Mañana, el libro mantiene el mismo formato que dicho espacio radiofónico, es decir, Federico lanza preguntas a Ceśar Vidal y éste las contesta, o al menos lo intenta, desde el rigor histórico y fuera de tergiversaciones interesadas. Comenzando el libro en los primeros pobladores de la península ibérica, así como los primeros colonizadores (fenicios y griegos), y tras cincuenta y cinco capítulos, termina el recorrido histórico en la España de los Reyes Católicos, dejando el periodo histórico posterior a estos para el segundo volumen del que se ha hablado unas líneas más arriba.
Una forma amena de acercarnos a la historia de España de la mano de uno de los mejores historiadores que hay a día de hoy en territorio patrio, César Vidal Manzanares (aún con sus aspectos negativos, que también los tiene) y de un comunicador sin parangón, Federico Jiménez Losantos (diferencias ideológicas aparte). Un libro que por todo lo anterior, no puedo catalogar más que como altamente recomendable.
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No veo necesario hacer hincapié en el tema tratado, ya que su título y subtítulo lo describen más que claramente, efectivamente, la Historia de España, desde los primeros pobladores hasta los Reyes Católicos, nada más y nada menos... Sí he de decir que no se trata de un conjunto de nombres, fechas y lugares más o menos enlazados en el tiempo y que dan lugar a un libro de historia al uso, como los cientos de miles que pululan por las estanterías de bibliotecas, librerías y centros comerciales varios.
Como se indica en la portada de la edición que yo adquirí, la quinta, el libro está "basado en la sección breve historia de España para inmigrantes, nuevos españoles y víctimas de la LOGSE, que se emite en La Mañana de Federico Jiménez Losantos" . Efectivamente, dicha sección que a día de hoy se emite los lunes alrededor de las 10:00 en esRadio (emisora que ya va por su segundo año de emisión), es la "matriz" desde la que se gestó este libro, así como la segunda parte del mismo, que ya está editada y comercializada.
Como se ha comentado anteriormente, al estar basado en la sección de historia del programa La Mañana, el libro mantiene el mismo formato que dicho espacio radiofónico, es decir, Federico lanza preguntas a Ceśar Vidal y éste las contesta, o al menos lo intenta, desde el rigor histórico y fuera de tergiversaciones interesadas. Comenzando el libro en los primeros pobladores de la península ibérica, así como los primeros colonizadores (fenicios y griegos), y tras cincuenta y cinco capítulos, termina el recorrido histórico en la España de los Reyes Católicos, dejando el periodo histórico posterior a estos para el segundo volumen del que se ha hablado unas líneas más arriba.
Una forma amena de acercarnos a la historia de España de la mano de uno de los mejores historiadores que hay a día de hoy en territorio patrio, César Vidal Manzanares (aún con sus aspectos negativos, que también los tiene) y de un comunicador sin parangón, Federico Jiménez Losantos (diferencias ideológicas aparte). Un libro que por todo lo anterior, no puedo catalogar más que como altamente recomendable.
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viernes, 3 de septiembre de 2010
Idiomas, exilios y cócteles Molotov.
Septiembre, quioscos de prensa cual tenderete de rastro dominguero, con colecciones inútiles que dejan el hueco justo para que el dueño y señor del bazar asome la cabeza, anuncios a bombo y platillo por parte de los medios de comunicación de sus parrillas radiofónicas y televisivas, a cuál más vomitiva, para la nueva temporada que nos mantendrá alineados política, económica, social y culturalmente hasta las próximas vacaciones, más de lo mismo y vuelta a empezar. Crisis, vuelta al cole, paro, vergüenzas y desvergüenzas de nuestros dirigentes políticos, depresión postvacacional, etc. Y entre todo ello, ahí estaba yo a la vuelta de mis vacaciones leyendo los últimos disparos, con balas de calibre "Patente de corso", percutidos por Arturo Pérez-Reverte en su columna que semanalmente nos ofrece.
Qué mejor manera de despedir las vacaciones y saludar a la nueva temporada de sabalete.es que con uno de los artículos de Pérez-Reverte, que al igual que el otro par de ellos que ya he reflejado aquí, no tengo más remedio que calificar de fetén. Asumo y comparto todas y cada una de sus líneas por lo que me dispongo a transcribirlo aquí para dejar constancia de mi total acuerdo con el contenido de "Idiomas, exilios y cócteles Molotov".
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Qué mejor manera de despedir las vacaciones y saludar a la nueva temporada de sabalete.es que con uno de los artículos de Pérez-Reverte, que al igual que el otro par de ellos que ya he reflejado aquí, no tengo más remedio que calificar de fetén. Asumo y comparto todas y cada una de sus líneas por lo que me dispongo a transcribirlo aquí para dejar constancia de mi total acuerdo con el contenido de "Idiomas, exilios y cócteles Molotov".
Idiomas, exilios y cócteles Molotov
ARTURO PÉREZ-REVERTE | XL Semanal | 5 de julio de 2010
Lo de la coctelería era broma, hasta cierto punto. Pero la primera parte del consejo me salió sincera. A veces creo que esto no tiene solución. Que este país irresponsable, históricamente enfermo, está condenado a repetirse a sí mismo hasta la traca final. Y en cada ocasión recuerdo lo que, de niño, oía a mi abuelo paterno, que era lúcido, culto, republicano, y usaba sombrero, sobre todo para quitárselo ante las señoras: «Arturín, aprende francés, que es muy triste ir al exilio sin hablar idiomas». Le hice caso, y hablo un francés de puta madre. También, a menudo, uso sombrero. Pero entre viajes y libros se echaron los años encima. Ahora ya me da igual irme o quedarme. Estoy cansado. Soy demasiado mayor, y hay días en los que sólo me levanto con ganas de morir matando.
España fue, durante siglos, muchas cosas buenas y malas. Hoy es algo parecido a intentar introducir una especie de barra o varilla por una serie de piezas hechas con agujeros desiguales: cada uno de un diámetro diferente, hechos de materiales distintos y situados en diferentes posiciones. No hay pulso que enhebre el invento, ni posibilidad de que nadie alinee aquello y funcione la maquinaria. Sin embargo, me resisto a creer que nada pueda hacerse. No escribiría estos artículos, en tal caso. Sigue habiendo, pese a todo, gente que lucha y se arriesga, empresarios dignos, funcionarios decentes, jóvenes solidarios y valerosos capaces de levantarse y trabajar cada mañana. De pelear, si hace falta. Amigos en quienes esperar y confiar. Por eso duele más. Por eso ulcera el alma verlos maltratados por estas diecisiete Españas injustificadas, egoístas y ladronas, donde las ratas y los chacales depredan a su aire, envidiándose y odiándose a partes iguales, desmontando cuanto hace posible el respeto y la convivencia. Esa gentuza iletrada, infame, que ha hecho de la política su forma de vida y de nosotros su negocio, desvalija el país y se lleva por delante las instituciones en su ávida carrera por el dinero y el poder. Destroza el futuro. La impunidad de esos golfos la garantizan millones de ciudadanos apáticos sentados ante el televisor, viendo el fútbol y a Belén Esteban mientras aceptamos, aborregados, que nos conviertan en un país miserable, cutre, exclusivo para turistas baratos de cerveza y vomitona. Un lugar sin industria ni recursos propios, sin clase media, hecho de buscavidas y mendigos, de subvenciones mientras las haya, de putas y camareros. Dicho sea con todo el respeto para las putas y los camareros. Que, a este paso, serán quienes nos den de comer.
Algún retorcido consuelo queda de todo esto: a los principales culpables los hemos parido y votado los padres de esos jóvenes. Salen de nuestra entraña desde hace cuatro décadas. Los engordamos a nuestra costa, tarados por una dictadura anterior que nos hizo acríticos e ignorantes. El mayor homenaje a nuestra imbecilidad nacional tuvo lugar en el Senado hace unas semanas, el primer día que allí se utilizaron las diversas lenguas oficiales con traducción simultánea y pinganillo. Ésa es la España que los días de cabreo extremo, cuando aconsejo, como mi abuelo, tener idiomas y una maleta por si hay que largarse, quisiera ahorrar a los jóvenes más lúcidos: un andaluz medio analfabeto, presidente autonómico, hablaba con torpeza en catalán mientras otro andaluz casi tan analfabeto como él, vicepresidente tercero del Gobierno, escuchaba mediante un auricular la disparatada traducción a una lengua, el castellano, que ambos conocían -decir dominaban es excesivo- casi perfectamente. Y mientras, en sus bancos, encantados de estar allí, los cómplices de esos dos sujetos aplaudían.
ARTURO PÉREZ-REVERTE | XL Semanal | 5 de julio de 2010
Me inquieta el número de jóvenes que en los últimos tiempos piden consejo. Qué debo hacer, qué libro debo leer, qué estudiar o qué caminos abandonar, cómo puedo conciliar lo que sueño con el paisaje desolado en que ustedes, los mayores, me han convertido el horizonte. Cuando preguntan cosas así, intento abrir camino a la esperanza. Lee esto, prueba con aquello, viaja a tal sitio. Traza tu camino con sentido común y con decencia. Pero hay días en que ese discurso no me sale. Soy de la generación que ha colaborado en armar esta trampa infame, la ratonera donde viven atrapados tantos jóvenes dolorosamente lúcidos. No siempre puede transmitir esperanza quien a veces no la tiene. Hace unos días, durante uno de los breves contactos que mantengo con lectores y amigos a través de la red social Twitter, me encontré dando a uno de ellos, que preguntaba qué leer con veintisiete años y en paro, una respuesta inquietante para mí mismo: «Un libro para aprender idiomas y largarse, o uno donde aprender a fabricar cócteles molotov».
Lo de la coctelería era broma, hasta cierto punto. Pero la primera parte del consejo me salió sincera. A veces creo que esto no tiene solución. Que este país irresponsable, históricamente enfermo, está condenado a repetirse a sí mismo hasta la traca final. Y en cada ocasión recuerdo lo que, de niño, oía a mi abuelo paterno, que era lúcido, culto, republicano, y usaba sombrero, sobre todo para quitárselo ante las señoras: «Arturín, aprende francés, que es muy triste ir al exilio sin hablar idiomas». Le hice caso, y hablo un francés de puta madre. También, a menudo, uso sombrero. Pero entre viajes y libros se echaron los años encima. Ahora ya me da igual irme o quedarme. Estoy cansado. Soy demasiado mayor, y hay días en los que sólo me levanto con ganas de morir matando.
España fue, durante siglos, muchas cosas buenas y malas. Hoy es algo parecido a intentar introducir una especie de barra o varilla por una serie de piezas hechas con agujeros desiguales: cada uno de un diámetro diferente, hechos de materiales distintos y situados en diferentes posiciones. No hay pulso que enhebre el invento, ni posibilidad de que nadie alinee aquello y funcione la maquinaria. Sin embargo, me resisto a creer que nada pueda hacerse. No escribiría estos artículos, en tal caso. Sigue habiendo, pese a todo, gente que lucha y se arriesga, empresarios dignos, funcionarios decentes, jóvenes solidarios y valerosos capaces de levantarse y trabajar cada mañana. De pelear, si hace falta. Amigos en quienes esperar y confiar. Por eso duele más. Por eso ulcera el alma verlos maltratados por estas diecisiete Españas injustificadas, egoístas y ladronas, donde las ratas y los chacales depredan a su aire, envidiándose y odiándose a partes iguales, desmontando cuanto hace posible el respeto y la convivencia. Esa gentuza iletrada, infame, que ha hecho de la política su forma de vida y de nosotros su negocio, desvalija el país y se lleva por delante las instituciones en su ávida carrera por el dinero y el poder. Destroza el futuro. La impunidad de esos golfos la garantizan millones de ciudadanos apáticos sentados ante el televisor, viendo el fútbol y a Belén Esteban mientras aceptamos, aborregados, que nos conviertan en un país miserable, cutre, exclusivo para turistas baratos de cerveza y vomitona. Un lugar sin industria ni recursos propios, sin clase media, hecho de buscavidas y mendigos, de subvenciones mientras las haya, de putas y camareros. Dicho sea con todo el respeto para las putas y los camareros. Que, a este paso, serán quienes nos den de comer.
Algún retorcido consuelo queda de todo esto: a los principales culpables los hemos parido y votado los padres de esos jóvenes. Salen de nuestra entraña desde hace cuatro décadas. Los engordamos a nuestra costa, tarados por una dictadura anterior que nos hizo acríticos e ignorantes. El mayor homenaje a nuestra imbecilidad nacional tuvo lugar en el Senado hace unas semanas, el primer día que allí se utilizaron las diversas lenguas oficiales con traducción simultánea y pinganillo. Ésa es la España que los días de cabreo extremo, cuando aconsejo, como mi abuelo, tener idiomas y una maleta por si hay que largarse, quisiera ahorrar a los jóvenes más lúcidos: un andaluz medio analfabeto, presidente autonómico, hablaba con torpeza en catalán mientras otro andaluz casi tan analfabeto como él, vicepresidente tercero del Gobierno, escuchaba mediante un auricular la disparatada traducción a una lengua, el castellano, que ambos conocían -decir dominaban es excesivo- casi perfectamente. Y mientras, en sus bancos, encantados de estar allí, los cómplices de esos dos sujetos aplaudían.
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