jueves, 29 de diciembre de 2011

Libros #58: Los años del miedo.

Hace tiempo escribí sobre el libro "Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie", de Juan Eslava Galán, mediante el cual el autor daba comienzo a una serie de obras que con su peculiar estilo y de una forma amena y accesible, pretende acercar la historia del siglo XX español al gran público.
Pues bien, aquí está la segunda parte de la mencionada colección, que con un sugerente título, "Los años del miedo", y una no menos sugerente portada, se nos da la bienvenida y se nos invita a recorrer la historia de la inmediata posguerra, periodo comprendido entre los años 1939, en el que finalizó la cruenta y fraticida guerra civil española y 1952, que el autor ha titulado en uno de sus capítulos, como "termina el hambre".

Todo aquél que haya leído alguno de las decenas de libros que ha publicado Juan Eslava Galán, es consciente de que no se va a encontrar una obra "académica" cuando se enfrente a este ensayo, en el sentido de que sus libros no son una enumeración de fechas, personajes y acontecimientos atravesados por una línea temporal, nada de eso encontramos en ninguno de los libros del jienense, si no todo lo contrario, son libros amenos y de muy fácil y cómoda lectura, pero no por ello menos instructivos. Otro aspecto controvertido en libros que tratan sobre la temática de este, es en qué lado del espectro político se situará el autor y aquí he de dar otra nota positiva a "Los años del miedo", ya que tratándose de un periodo histórico donde es muy fácil ensañarse con todo lo acontecido y por acontecer, el profesor Juan Eslava hace gala de una perspectiva lo suficientemente objetiva sobre la inmediata posguerra que ya quisieran muchos académicos y academicuchos contar con la mitad de dicha objetividad a la hora de realizar sus investigaciones y sobre todo, plasmarlas en forma de libro.

"En España empieza a amanecer" es el primer capítulo de los setenta y seis que conforman el voluminoso libro. Aprovechando la última frase del Cara al Sol, el autor da comienzo a las andanzas, aventuras y desventuras de los diversos personajes que aparecerán ante nosotros y que con sus avatares diarios nos introducirán como si estuviésemos en primera persona viviéndolos, en los años del miedo -por usar la terminología del autor-, que más bien podríamos decir años de sudor y lágrimas -y de menos sangre de lo que algunos piensan o les han hecho pensar-, y por descontado de hambre. Hambre institucionalmente paliada dentro de las posibilidades que había sobre todo en la más inmediata posguerra, mediante lo que se dio en llamar cartilla de racionamiento, -que se extendió hasta junio de 1952- que asignaba a cada familia la ración de comida que le correspondiera en virtud del número de componentes y la edad de los mismos. Todo esto, junto a la picaresca que ha acompañado a los españoles desde tiempos inmemoriales, esta vez en forma de "estraperlo", queda perfectamente reflejado en las páginas de "Los años del miedo".

También encontraremos abundante información, contada de forma no académica como decía antes, sobre la institucionalización del régimen del general Franco y de sus fluctuaciones ideológicas según corrieran los aires europeos, me explico, cuando las potencias del Eje parecían avanzar sin que nada ni nadie les opusiera la más mínima resistencia, el régimen de Franco se tiñó por completo de "azul" -mahón, falangista por supuesto-, según iban cambiando las tornas y los aliados iban ganando posiciones a lo largo y ancho de Europa y allende lo mares por tierras japonesas, Franco cambió la foto de Hitler y Mussolini de su despacho de trabajo, por la foto de Pío XII y Salazar, para que los diplomáticos británicos y franceses que paseaban por su despacho viesen de esa forma tan gráfica el alejamiento de Franco y su franquismo del fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán, acercándose como de hecho nunca dejó de ser y ateniéndose a la personalidad de Franco, no podía ser de otro modo, a posiciones netamente conservadoras, guiadas principalmente por la doctrina -no sé si decir social o mejor callármelo- de la Iglesia católica.
En uno de los capítulos y de los que más me han gustado, titulado "El obispero nacional", nos muestra Juan Eslava el poder casi omnímodo que tenía la Iglesia católica en España -con sus gordos y lustrosos obispos a la cabeza-, sobre todo en lo que a educación y "moral" se refería. Serán varios los capítulos dedicados a la Iglesia y su poder durante el régimen de Franco los que nos encontraremos a lo largo de la extensa obra.

El libro está acompañado de numerosas fotografías que acompañan a los distintos capítulos haciendo la lectura más ilustrativa y entretenida, ya que podemos ver desde las fotos archiconocidas del Caudillo en cientos de actos, hasta las fotos que podemos encontrar rebuscando en los cajones de algún viejo mueble en casa de nuestros abuelos, que la gente le ha ido enviando al autor tras el llamamiento que hizo en su web para que le enviásemos fotografías para poder ilustrar este compendio de libros sobre la historia de España del siglo XX. Por todo lo dicho anteriormente, no se trata de un libro más sobre los años 40, que de esos hay muchos, si no de un libro que cuando se pasa la última página, te gustaría seguir leyendo, y aquí aprovecho para decir que el que se quede con ganas, ya tiene disponible la siguiente entrega de esta colección, titulada "De la alpargata al seiscientos", que por supuesto ya me he leído que daré cuenta de ella más adelante en sabalete.es.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Nuestros muros resisten.

Cumpliéndose este año que ya finaliza el vigésimo aniversario de Librería Europa y habiendo cumplido este mes de diciembre Pedro Varela un año en prisión -por el flagrante delito de editar y vender libros-, quiero transcribir aquí la última carta, y ya van 47 desde que comenzó esta magnífica iniciativa, que ha publicado Pedro Varela, ésta vez, así como las anteriores durante el último año, desde la cárcel, en Can Brians 1 de donde todos los clientes de Librería Europa, simpatizantes y amigos de Pedro Varela, queremos que salga lo antes posible. Valga la publicación de esta misiva en mi blog como pequeño homenaje a su persona y cómo no, a la causa que defiende aún a riesgo, como ha quedado demostrado, de ser privado de libertad y de sus derechos civiles.

¡Feliz año 2012 Pedro!, esperemos que sea el año de la LIBERTAD.




Puedo imaginaros a todos, rostros conocidos y amigables, reunidos en la ya veterana sala de conferencias, donde nuestros leales camaradas de los inicios os expondrán la parquedad de los medios con los que se abordó la obra que daría paso a esta ya reconocida librería: pequeña en lo físico y grande en lo espiritual.

Inocente y sencilla, de buen principio despertó, sin embargo, el odio y la animadversión de nuestros seculares enemigos. ¿Por qué?

Ya entonces nuestros abogados nos advirtieron sobre la necesidad de cerrarla antes de que lo hiciera el poder. Pero de esto hace ya 20 años. Y aquí seguimos. Aunque ahora su regente deba trabajar en un despacho volante tras los muros de un centro penitenciario.

Quizás alguien os relate los innumerables ataques sufridos, auténticas “Cruces de Hierro” ganadas a pulso, que lucen en su pecho nuestras secretarias y colaboradores. No el menor ha sido también el último, que una de nuestras más eficientes trabajadoras puede explicar en persona.


Que un editor o librero deba participar entre rejas en este aniversario sólo demuestra una cosa: que, emulando al Hamlet shakespeariano, “algo huele a podrido en el Reino de Catamarca”. La secta “anti-fascista” en la ciudad condal se cree dueña y señora de nuestros destinos. ¿Lo es? No, en un “pequeño poblado de la Galia”, en la calle Séneca de Barcelona, los locos aún resisten. ¿Locos? “No es cierto que los locos digan las verdades, sino que los que las dicen son tenidos por tales”, diría acertadamente nuestro Baltasar Gracián. Esos galos impenitentes, sois vosotros. Y la pócima mágica que os otorga una fuerza inconmensurable es vuestra indomable fe en la verdad.

No tenéis miedo, por eso carecéis de alas para salir volando. El ratón, en cambio, se queda paralizado de pavor ante la serpiente, que aprovecha esa pasividad para engullirlo.

¿Pueden volver a secuestrar libros? Sí, pero nosotros podemos volver a editarlos. ¿Pueden volver a lanzar adoquines para destruir la librería? Sí, pero nosotros volveremos a reconstruirla. ¿Volverá el fiscal que odia a enviar a sus esbirros para intimidar a la población? Contad con ello, pero nosotros no les rehuiremos. Por el contrario, denunciaremos sus arbitrariedades y prepotencia cuantas veces sea necesario.


Los que estáis hoy aquí no sois solamente “clientes” de la librería. Sois una comunidad juramentada por la libertad, de ciudadanos por la libertad que no se dejarán avasallar. Sólo por eso nuestra existencia es posible.

¿Cuánto tiempo más aguantará la librería Europa abierta? Tanto como vosotros estéis dispuestos a luchar. Porque sigue siendo válido el axioma vikingo: “Donde hay una voluntad, hay un camino”. Podéis comprobar que incluso en el personal se ha producido una renovación generacional. El día que la sangre a ambos lados del mostrador no se renueve, ése será el final.

Pero juventud sin veteranos es un “valor bengala”. Luce mucho por poco rato. Los veteranos, por el contrario, han demostrado ser corredores de fondo. Son tan necesarios como los jóvenes. Para observar, guiar, aposentar y templar.

En todas las culturas se ha escuchado y venerados a los ancianos y admirado a los jóvenes. Sólo nuestra época siente una tendencia enfermiza a la eterna juventud y un preocupante desinterés por nuestros mayores y antepasados.


En esta casa, el éxito ha estribado, precisamente, en la sabia mezcla de sangre joven con los

espíritus más experimentados. Y con ello me refiero tanto al equipo de administración, producción y comercialización, como al de edición y corrección —recordamos aquí a nuestro querido señor Vargas, pieza clave del equipo humano de esta casa, que forma ya entre los luceros—; como a quienes hicieron posible su existencia —no podemos dejar de mencionar al señor Ibáñez y su equipo de constructores en 1991—; a los equipos de jóvenes que han hecho posible la continuidad de las conferencias culturales durante decenios, a pesar de que, a veces, se preguntaban si valía la pena continuar —¡pero ha valido la pena!—; al círculo de lectores que, unidos por el espíritu de nuestros autores —no podemos olvidar al más veterano de la casa, J. Bochaca—, han dudado, se han interrogado, han analizado y discernido con criterio para averiguar lo que es verdadero o falso, bueno o malo, beneficioso o perjudicial.

No podemos dejar de recordar a los numerosísimos conferenciantes que, en estas dos décadas, han tenido la valentía de hablar con franqueza y conocimiento a contracorriente; ni a los autores que, pese a todo lo que ello significa, han optado por nosotros a la hora de publicar sus libros.


Y una mención especial merecen nuestros más jóvenes lectores, que siempre con un buen libro bajo el brazo, han visto a tiempo la necesidad de abandonar regularmente la ciudad y lo que ella supone —ruido, discotecas, materialismo, hedonismo, caos multicultural, alcohol, tabaco— para volver a la naturaleza, la tradición, la identidad y la Patria, ascender “las grandes catedrales de la tierra” —en hermosa expresión de Gaston Rebufat— y descubrir el maravilloso mundo de la música clásica bajo las estrellas. Ése es nuestro gran éxito, cuando libros transforman los corazones y la cultura es vivida en la cotidianeidad, entonces una librería no es sólo un museo histórico o una última “reserva” cultural, sino un motor de futuro que educa nuevas generaciones de ciudadanos en el idealismo, la vida creadora y la fe.

De ahí que pueda considerar hoy nuestra actual situación en prisión, no como una afrenta, sino como un honor: son sólo circunstancias del servicio.

La compensación a los sinsabores y la lejanía es evidente hoy aquí: os tengo a todos a mi lado y Librería Europa sabe que cuenta con vosotros, como mínimo, durante otros veinte años, si no más.


Pedro Varela



lunes, 26 de diciembre de 2011

Libros #57: La revolución que necesita España.

Desde la llegada de la crisis económica y financiera, la misma que nos sigue carcomiendo por dentro y por fuera, allá por el año 2008 -aunque es difícil concretar exactamente cuándo hizo su aparición, al menos en España- han ido apareciendo una serie de libros, buenos algunos, malos otros y bochornosos la mayoría, que tratan de la misma y por regla general, intentan dar soluciones más o menos elaboradas, pero que todas tienen un común denominador fácilmente identificable, que no es más que la perspectiva ideológica del autor que escriba el libro. Hay soluciones para la salida de la crisis sistémica para todos los gustos, para socialdemócratas, para marxistas, para liberales y neoliberales -estos dos últimos son los principales culpables de que ahora estemos como estemos, y para más inri, tienen la desfachatez, aparte de la sinvergonzonería de dar soluciones cual pócima mágica para salir del hoyo en el que ellos solitos y sin ayuda de nadie (¿o sí?) nos han metido-, para fascistas, para maoístas, en fin, quizás tantas soluciones como personas que sepan leer y escribir hay en éste cada vez más paupérrimo país.
Pues aquí tenemos uno de esos libros a los que hacía referencia antes, esta vez de la mano del escritor y catedrático de filosofía Gabriel Albendea, filósofo metido a poeta en sus ratos libres y como cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo, pues un buen día debió de levantarse con la pluma en la mano y con ganas de escribir un libro llamando a la "Revolución" en España, pero tranquilos, no os asustéis que el ensayo de incendiario y revolucionario tiene poco, entendiendo el término revolución por lo que todos o casi todos entendemos -aunque sí es cierto que no necesariamente revolución implica sangre y fuego, aunque a algunos se le haya venido la imagen de Camilo Cienfuegos entrando en La Habana-, no lo que entiende el Sr. Albendea.

Al comenzar la lectura del libro tengo que reconocer que los dos primeros capítulos me gustaron, incluso vi, ignorante de mí, cierta independencia ideológica en lo que en ellos estaba leyendo lo que me animó a continuar devorándolo con sumo interés por un lado, y un poco de escepticismo por otro. En estos capítulos previos nos habla de democracia, revolución y mitología política, donde nos expone su punto de vista, que coincide bastante con el mío sobre dichos conceptos en lo que se atiene a democracia y revolución, y en cuanto a mitología política, tengo que decir que es el mejor capítulo que tiene el libro, acercándonos a conceptos objetivos cuyo significado ha sido vilipendiado y vapuleado de unos lustros a esta parte.
Ya en los siguientes capítulos es cuando se nos empieza a inocular teoría liberal -si bien es cierto, que de manera un tanto ofuscada y mimetizada-, tanto en lo político como en lo económico y ¡ay amigo!, esto sí que no me ha gustado, ni me gusta, ni me gustará nunca. Enlazo aquí con lo anterior que comentaba acerca de que algunos liberaluchos de tres al cuarto pretenden dar un toque de varita mágica en la maltrecha estructura del Estado -sí, con mayúsculas para mí- para que con dicho toque, se caiga una pieza más del lego que hasta ahora lo compone para así dejarlo en mantillas y que "los mercados" campen a sus anchas para seguir haciendo al pobre más pobre, y cómo no y por descontado, al rico, más rico.

El capítulo más extenso del pequeño libro está dedicado a los nacionalismos periféricos de España, capítulo que me produce una sensación de amor-odio hacia el libro. Si bien es cierto que estoy completamente de acuerdo con el autor en muchas de las líneas que aquí se exponen, he de decir que el capítulo es una muestra de jacobinismo centralista que poco aportaría su llevada a cabo para una auténtica "revolución en España" tal y como pretende el autor hacernos ver. Para nada estoy de acuerdo con el Estado de las Autonomías, y muchísimo menos con la deriva quasi separatista que del mismo se está haciendo en algunas regiones de España, lo cual no es óbice para tampoco estar de acuerdo con una España uniformada de norte a sur y de este a oeste. Unidad sí, uniformidad no, esa es mi visión -donde tendría mucho que decir, lo que algún día si tengo tiempo y gana, desarrollaré más detenidamente-.
Termina el ensayo el Sr. Gabriel haciendo una llamada a la "revolución democrática" (por más que puse atención a este capítulo, no me terminó de quedar claro a qué demonios llama él revolución democrática), a las lagunas que ve en el movimiento, en el penúltimo capítulo, se toma la licencia de realizar unas reflexiones finales, que como casi todo en este libro, me crea desasosiego, ya que en parte puede, o parece, que esté de acuerdo con el autor, pero no termino de verlo lo suficientemente claro como para poder aseverar tal cosa. Y ya el último capítulo es una lista de 23 medidas concretas que él propone para que se lleve a cabo la "revolución que necesita España", y cataplás, se jodió todo lo que había leído hasta ahora, ya que dicho compendio de medidas podrían estar colgadas en la web de Libertad Digital, ser el padrenuestro de Intereconomía o el buenos días diario de Federico Jiménez Losantos en su liberalísima esRadio. Leerlo, leerlo y sabréis a lo que me refiero, ¡qué asco, por dios, qué asco!.

En fin, que un libro más de los cientos que podemos encontrar en cualquier librería aprovechando el tirón "literario" que ha traído la crisis y que queda perfectamente reflejado en libros como éste. Son ya varios los que yo he leído, de los que algunos he dado cuenta ya aquí, de otros tengo que darla, y alguno más está esperando en un ricón de mi biblioteca personal para ser leído. Poco a poco.


sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad.


Libros #56: La extrema derecha española en el siglo XX.

Una tarde de invierno del pasado año, me acerqué a la Librería Anticuario Bellver a hacerme con un ejemplar del libro "Introducción a la Filosofía Matemática", y tras comentarle al librero que mi interés por el libro procedía principalmente -aunque la materia tratada para nada es de mi desagrado- de que la traducción del alemán al español del mismo la llevó a cabo Ramiro Ledesma Ramos, comenzamos una conversación sobre lo humano y lo divino, que hizo que estuviera entre aquéllas cuatro paredes, con miles de libros apilados por doquier, casi toda la tarde. Aquélla conversación me aportó, entre otras muchas cosas, la recomendación de un magnífico libro, que no es otro que "La extrema derecha española en el siglo XX" cuyo autor es José Luis Rodríguez Jiménez y del que trata la entrada referente a libros de hoy.

El título del libro es bastante representativo del contenido del mismo, por tanto creo que no hace falta explicar nada más que lo necesario acerca de lo que nos vamos a encontrar a lo largo de las cientos de páginas que componen el ensayo, pero en primer lugar he de hacer un comentario obligado. He leído ya algunos libros sobre esta temática y me veo en la obligación moral de decir que éste ha sido uno -si no el que más- de los más objetivos ensayos sobre la a veces mal llamada "ultra derecha" o "extrema derecha" que he leído en todos los años que llevo leyendo e indagando sobre todos estos asuntos. A veces cuando hago afirmaciones de este tipo sobre alguna obra que me ha llamado la atención, la gente tuerce el gesto y a continuación sueltan algo del estilo: "estará escrito por algún fascista" no dándose cuenta que con objetivo no quiero decir que el libro sea una exaltación "apologética" del fascismo, si no que cuando digo objetivo, quiero decir simple y llanamente, objetivo, que quede esto claro. Es más, y en mi defensa diré que el autor, José Luis Rodríguez Jiménez no es nada sospechoso de comulgar con las ideas "fascistas", "ultras" y calificativos varios que se suele dar a esta amalgama de ideologías, por tanto, vaya por delante la objetividad e imparcialidad del volumen que hoy comento.

Bien, hecha la introducción es hora de entrar en materia. ¿Qué es la extrema derecha?, término éste complejo, y parafraseando al anterior Presidente del Gobierno, discutible y discutido. Suele ser habitual meter en el mismo saco y bajo el sancto sanctorum de "lo ultra" a toda una ristra de ideologías que en muchas ocasiones poco o nada tienen que ver, me explico. Extrema derecha para la gran mayoría de la gente, poco instruida en estas lides, es fascista, nazi, franquista, falangista, carlista, neoliberal, jacobino, nacionalista y un largo etcétera que podría hacer casi interminable el post. Pues nada más lejos de la realidad, cada ideología es cada ideología y aunque en ciertos aspectos algunas, en muchos otras, se parezcan o compartan una visión determinada sobre esto o aquello, no podemos y no debemos dar por definición el binomio de palabras extrema derecha para explicar las distintas ideas que conforman la visión política, económica y social de las ideologías expuestas anteriormente y extendidas con el etcétera. Y eso queda perfectamente reflejado en el libro de hoy, el autor, gran conocedor de los movimientos "fascistas" tanto españoles como europeos, sabe distinguir perfectamente entre ideologías no dejando lugar a dudas al lector. Por supuesto que en absoluto tiene nada que ver un Monárquico Alfonsino con un camisa vieja de La Falange, como tampoco tiene nada que ver un Requeté Carlista con un militar tradicionalista de la cúpula del Régimen Franquista.

Pues a poner orden y concierto en el amplio abanico de ideologías -mal encuadradas muchas con las tan traídas y llevadas palabras extrema derecha- que a lo largo de todo el siglo XX pululaban por España. Albiñana, Calvo Sotelo, José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma, Franco, José María Gil-Robles, Blas Piñar, Fernández-Cuesta, Fal Conde, son los personajes que más aparecen en la obra, junto a otros muchos menos conocidos pero que igualmente forman parte del elenco "ultra". Bloque Nacionalista Español, Confederación Española de Derechas Autónomas, Bloque Nacional, JONS, FE-JONS, FET-JONS (y todas las Falanges habidas y por haber que ha habido, hay y habrá), Carlismo, Franquismo, Fuerza Nueva, CEDADE y otro inmenso etcétera de partidos y partiduchos que conforman lo que el autor ha dado en llamar -y luego explicado claramente a lo largo de su ensayo- extrema derecha española del siglo XX.

Al igual que a mí me lo recomendó el librero de Anticuario Bellver, yo quiero recomendarlo a todo aquél que se haya leído este artículo, ya que si ha llegado hasta aquí, es porque cierto interés, aunque sea mínimo, se tiene en el libro. Perfecto para saber diferenciar a un ultra derechista de un fascista, de un nazi o de un nacional revolucionario y más perfecto aún para conocer bebiendo de las mismísimas fuentes de cada uno de ellos, los partidos de "extrema derecha" que camparon por España durante todo el siglo pasado. A ver si algunos aprenden algo...


martes, 6 de diciembre de 2011

Quien quiera entender, que entienda...