
Para aportar su pequeño grano de arena al inabarcable desierto de literatura sobre éste - cuando menos, peliagudo asunto- el matemático, filósofo y escritor Bertrand Russell el 6 de marzo de 1927 Russell dictó en Londres una conferencia en la sede de la National Secular Society bajo el título de "Por qué no soy cristiano". En aquella intervención, el filósofo y negó la existencia de Dios con argumentos racionalistas, al tiempo que criticó el papel ejercido por la religión cristiana a lo largo de la historia. La repercusión del alegato de Russell fue enorme. Un año después, aquella histórica conferencia adoptaba forma de libro y se convertía en uno de los ensayos más influyentes de la historia de las ideas del siglo XX. Este libro que hoy comento aquí, aparte de lo anterior, contiene otra serie de textos y conferencias del matemático compiladas en un único volumen, aunque se haya dejado el título original de "Por qué no soy cristiano".
Comienzan el libro con unas notas previas del compilador, y tras un breve prefacio que las sigue, empieza Bertrand Russel a darnos las primeras pinceladas de colores en forma de argumentos lógicos de su anticristianismo (se puede extender a cualquier religión). Tras argumentos como el de la causa primera, de la ley natural, el argumento del plan o los argumentos morales de la deidad, se nos expone nada más comenzar el libro una visión bastante crítica -perfectamente lógica- de la no existencia de Dios (evidentemente siempre desde la óptica del autor). Bien, como se ha comentado, la primera parte del libro se corresponde con la citada conferencia pronunciada por el profesor Russell. Posteriormente a ésta, viene otro tema harto interesante cuyo título es "¿Ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización?, capítulo en el que hace un repaso por la historia de la religión centrado en -como indica su título- las aportaciones, más bien escasas desde su punto de vista, de las religiones a la humanidad.
El ensayo continúa con otra serie de temas como la vida más allá de la muerte, la ética sexal, un debate entre Russell y el padre F. C. Copleston, la religión y la curandería y así hasta completar un total de 15 capítulos.
Por último y como nota final, se incluye un apéndice en el que se nos relata cómo organizaciones ultras, desde el punto de vista religioso evidentemente, impidieron a Bertrand Russell dar clase en la Universidad de Nueva York debido a su ateísmo racionalista y militante.
Un esayo éste fundamental para todo aquél que se quiera acercar con argumentos tan sólidos como lógicos al ateísmo, de la mano de uno de los pensadores más importantes del siglo XX.
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