viernes, 19 de abril de 2013

Libros #72: Lunes negro

Como muchos de vosotros ya sabréis, y si no lo sabéis, aprovecho para decíroslo con estas líneas, la novela no es mi género literario favorito, aunque ello no es óbice para que alguna que otra y muy de vez en cuando caiga en mis manos y la lea. "Lunes negro" me llamó la atención primero por su precio (que todo hay que decirlo), ya que la encontré entre una serie de libros de saldo no me acuerdo en qué librería y por supuesto y en segundo lugar por el tema en torno al cual gira la trama. Ese asunto no es otro que el fin del petróleo a escala mundial y las terroríficas consecuencias que ello acarrearía para la humanidad debido a la gran dependencia que tenemos del combustible fósil por excelencia, así que me decidí a comprarlo para algún día leerlo y ese día llegó.

El autor hace en la novela un ejercicio de social-ficción, política-ficción, ciencia-ficción o vete tú a saber con qué términos definir lo que me he encontrado en el libro, aunque he de decir antes que nada -y así vamos entrando en materia- que podemos considerar a la novela como una "americanada" pura y dura, al estilo de las grandes superproducciones hollywoodienses...por tanto, avisado queda el futuro lector de lo que así a bote pronto, se va a encontrar a lo largo de las cientos de páginas que componen la historia.
La trama es súmamente previsible, y por previsible, deja poco lugar a la sorpresa y a la intriga, imprescindibles éstas en cualquier novela para "enganchar" al lector y a mí, personalmente, no solo no me enganchó, si no que me aburrió sobremanera (quizás sea por la poca afición a la novela que tengo como dije en las primeras líneas).

Una serie de accidentes de aviación, coches que se paran o no arrancan, tendidos eléctricos que no transportan corriente dan origen al "lunes negro", cuya consecuencia es el caos y las turbas de gente que como pollos sin cabeza no saben muy bien qué hacer o cómo actuar en esas situación caóticas. Entra en escena un curioso personaje en el cual se depositan todas las esperanzas para una posible solución a la desaparición del petróleo. No voy a desvelar nada más acerca de la novela pero como comentaba unas frases más arriba, todo se me hizo previsible y monótono.

La verdad es que me autoengañé con la compra del libro, pensaba que se trataría de geopolítica y/o geoestrategia novelada pero nada más lejos de la realidad. Solo es un guión para una película y si me apuráis, de las malas. En definitiva, altamente desaconsejable su lectura, su me extraña que se estuviese muriendo de risa en un conglomerado de libros de saldo.