
Pero como la crisis económica no es el tema que hoy traigo a esta entrada, procederé a dar unas pinceladas y mi modesta opinión de lo que me ha parecido el trabajo de José Catalán, titulado La cuarta Guerra Mundial y subtitulado Terrorismo, religión y petróleo en el inicio del milenio. En primer lugar y aunque resulte obvio, el autor considera que la tercera guerra mundial se llevó a cabo durante los años de lo que hemos acordado en llamar la Guerra Fría, así que se parte de la tesis de que la situación de guerra abierta de Estados Unidos contra países como Afganistán e Irak, y la constante amenaza que se cierne sobre países como Irán o Yemen de la garra yankie forma parte de otra guerra de carácter global, por tanto y por seguir un orden numérico, le correspondería la cuarta.
A lo largo de los siete capítulos de los que consta el ensayo, siendo el primero y segundo de ellos un recorrido más periodístico que histórico de las causas que nos han llevado a la actual situación que por todos debería ser bien conocida, el tercero una biografía de los dos reyes de la partida de ajedrez, es decir Bush y Bin Laden (recordemos que el libro fue publicado en el año 2006). El capítulo cuarto y quinto están dedicados a presentarnos la "cosmovisión" que tanto Al-Qaeda y lo que el autor nos presenta como "Bando Imperial, neocon y dispensacionistas" (es decir, Estados Unidos de América) tienen acerca del bien y el mal, lo humano y lo divino, lo terrenal y lo espiritual, etc. etc. etc., para finalizar con los capítulos que a mi entender han sido los más sustanciosos desde el punto de vista geopolítico y geoestratégico. El penúltimo capítulo nos adentra en los entresijos petrolíferos y los intereses que en torno a él se mueven por parte de todas las facciones que forman parte del combate a sangre y fuego y en el último capítulo nos hace una valoración personal de lo que nos deparará el futuro.
No se trata de un libro de lo que podemos denominar como "conspiranoico", aunque sí es cierto que en algunos pasajes del libro pueda dar esa sensación. No desvelaré nada más acerca del contenido de la obra animando a todo el que se pueda sentir llamado en su atención por el tema tratado a que lo lea. Sí he de comentar que sobre esta temática hay libros mejores, más documentados y mucho más incisivos desde el punto de vista de la investigación periodística, pero este trabajo aún no siendo de los mejores, tampoco se puede calificar como mediocre.
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